Tokio fue escenario de una manifestación pública el jueves contra las largas detenciones de extranjeros en centros de inmigración de todo Japón.
Participó en la protesta una mujer japonesa cuyo esposo, un kurdo de 24 años en busca de asilo en Japón, fue detenido por segunda vez.
El joven extranjero está en huelga de hambre en un centro de inmigración en la ciudad de Ushiku, prefectura de Ibaraki.
En declaraciones recogidas por Jiji Press, la mujer declaró: «Mi esposo piensa que una huelga de hambre es la única forma de conseguir su liberación, y ha perdido 8 kilos desde que fue detenido nuevamente».
«Lo quiero de regreso lo antes posible», añadió.
«No pasará nada malo si es liberado. No es un criminal», enfatizó.
El kurdo fue liberado de manera provisional en octubre, después de permanecer más de dos años encerrado por trabajar de manera ilegal en Japón.
Sin embargo, apenas dos semanas después fue detenido nuevamente pese a que un médico diagnosticó que requería un tratamiento a largo plazo para la epilepsia que sufre. (International Press)
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