En agosto, un hombre de 40 años fue arrestado por la policía de Fukuoka por estar al acecho de una mujer.
La historia comenzó así: el sujeto vio a la mujer cerca de una estación, le gustó de inmediato y decidió seguirla hasta el edificio de apatos donde vive.
El hombre se fue, pero volvió al barrio varias veces hasta averiguar en qué apato vive.
No conforme con saber dónde vive, el acechador compró un monocular y lo utilizó para espiar el interior del apato de la mujer a través de la mirilla de su puerta.
Este insólito caso ha sido hecho público por Mainichi Shimbun, que logró entrevistar al acechador.
La mirilla de la puerta permite al ocupante de una vivienda ver quién está al otro lado, pero lo que muchos probablemente no saben es que la persona que está afuera puede ver el interior de la casa gracias a un monocular, que generalmente se usa al aire libre y en los teatros.
El hombre aprendió cómo espiar a través de la mirilla de una puerta viendo un video de YouTube. También consultó otros sitios web. Quiso tomar fotos usando una cámara digital con el monocular, pero se olvidó de insertar una tarjeta de memoria.
Ahora está arrepentido. A Mainichi le dijo que hizo algo “imperdonable”. “Quiero retroceder en el tiempo y golpearme», declaró.
La fiscalía de Fukuoka decidió no acusar al acechador después de que este llegó a un acuerdo extrajudicial con la mujer.
Ahora bien, con toda seguridad hay por ahí gente que está haciendo lo mismo que el hombre de Fukuoka. ¿Cómo proteger nuestra privacidad? Muy sencillo. El profesor universitario Kimihiro Hino recomienda adherir a la puerta un gancho magnético y colgar de él un objeto pequeño para tapar la mirilla. Cuando quieras ver quién está afuera, solo mueve el objeto. (International Press)
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