Una de las prioridades del gobierno del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, es repatriar a los japoneses que Corea del Norte secuestró en las décadas de 1970 y 1980.
Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha mediado en el tema durante las dos cumbres que sostuvo con el líder norcoreano Kim Jong-un, Abe considera que una reunión cara a cara con este es ineludible para solucionar el problema.
En diversas ocasiones, el gobernante japonés ha expresado su disposición a dialogar personalmente con Kim. Sin embargo, hace poco sorprendió al dar un paso hacia adelante planteando un encuentro entre ambos sin ningún tipo de condición, suavizando su tradicional posición de mano dura.
No obstante, Corea del Norte no ha recibido de manera positiva el acercamiento de Abe, según la NHK.
Para Pyongyang, el cambio en la postura de Japón no es real, sino una maniobra publicitaria.
La política “hostil” de Japón hacia Corea del Norte permanece incólume, según este país.
Pyongyang no se limitó a criticar a Japón, pues tachó a su primer ministro de “descarado”.
Corea del Norte exhortó a Japón a lidiar con sus “pecados” del pasado de una vez por todas y tomar la decisión de escribir una nueva historia. (International Press)
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