El mes pasado, Suzuki llamó a revisión 2,02 millones de vehículos vendidos en Japón por irregularidades detectadas en el proceso de inspección de los coches antes de su salida al mercado.
Personal no autorizado realizó inspecciones inapropiadas de diversos componentes de los vehículos, entre ellos el sistema de frenos.
Para asumir la responsabilidad por el escándalo, el presidente del consejo de administración de la compañía japonesa, Osamu Suzuki, no recibirá su salario durante un año, informó la NHK.
La medida entrará en vigor en julio.
Además, el presidente ejecutivo del fabricante de coches, Toshihiro Suzuki (hijo de Osamu), sufrirá un recorte salarial de 50 % durante seis meses.
Los dos Suzuki renunciarán a sus bonificaciones anuales correspondientes al año fiscal 2018, según Jiji Press.
La remuneración del vicepresidente Yasuhito Harayama será recortada en un 40 % durante medio año.
Mientras tanto, Hiroaki Matsuura, director ejecutivo a cargo de la división de producción, renunciará a su cargo.
La compañía se disculpó públicamente tras el estallido del escándalo y se comprometió a crear una nueva sección para gestionar las inspecciones con el fin de que las irregularidades no se repitan. (International Press)
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