«Una tragedia como esta nunca debería volver a ocurrir. Tomaremos medidas rigurosas contra el abuso infantil», dijo el secretario en jefe del gabinete de Japón, Yoshihide Suga, refiriéndose a la muerte de Yua Funato, una niña de 5 años que fue víctima de abuso por parte de sus padres, en Tokio.
Suga anunció que se realizará una reunión de ministros para discutir el asunto, informó la agencia Kyodo.
La muerte de Yua conmocionó a la sociedad japonesa tras conocerse los detalles del sistemático maltrato que su madre y su padrastro, ambos arrestados, le infligían.
Cuando murió, Yua solo pesaba 12 kilos, ocho menos de lo que debería haber pesado por su edad. A la niña solo la alimentaban con sopa y un poco de arroz, pues sus padres exigían que fuera delgada «como una modelo».
Yua era obligada a levantarse a las 4 a. m. todos los días, pesarse, registrar su peso en un cuaderno y practicar hiragana.
La policía encontró textos en hiragana escritos por la niña en los que suplicaba a sus padres que no abusaran más de ella o les pedía perdón. También prometía que nunca más iba a jugar.
Yua estaba enferma, pero sus padres no la llevaron al hospital, al parecer porque temían que se descubriera que la maltrataban.
Sin embargo, el 2 de marzo la situación se agravó tanto que el padrastro de Yua llamó a los servicios de emergencia. «Nuestra hija no ha comido durante unos días y vomitó. Su corazón no parece estar latiendo», dijo.
La niña fue llevada a un hospital, donde fue declarada muerta. Yua llevaba un pañal. La madre dijo que su hija estaba postrada en cama debido a su extrema debilidad, que le impedía ir al baño por su cuenta. Los médicos descubrieron moretones en el rostro y el cuerpo de la pequeña.
La familia Funato se mudó a Tokio en enero de este año. Antes vivían en la prefectura de Kagawa, donde Yua también era víctima de maltratos. Incluso se remitieron a los fiscales dos casos contra el padrastro por abuso; ninguno prosperó.
Cuando la familia se mudó a Tokio, desde Kagawa se informó del caso de Yua a un centro de bienestar infantil en la capital japonesa, que envió a un trabajador a visitar a los Funato el 9 de febrero. La madre se negó a dejarlo entrar para ver a la niña. La policía jamás fue informada. Si el centro hubiera avisado a la policía, esta habría intervenido y probablemente Yua no estaría muerta. (International Press)
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