El Gobierno nipón aumentó hoy a 160 kilotones su estimación de la potencia del último ensayo nuclear de Corea del Norte, lo que supone más del doble de su valoración inicial y la cifra más elevada barajada a nivel internacional.
Japón revisó su estimación inicial de la fuerza de la detonación -que situó en unos 70 kilotones- del test nuclear realizado por Pyongyang el pasado domingo de acuerdo con la actualización de los análisis sobre la magnitud de la actividad sísmica observada durante la detonación.
«La Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés) ha determinado que esta prueba generó un seísmo de 6,1 grados de magnitud. A partir de esto se puede calcular que la potencia del ensayo nuclear fue de unos 160 kilotones», explicó hoy el ministro de Defensa Itsunori Onodera.
Esta potencia sería más de diez veces superior a la de la bomba atómica estadounidense «Little Boy» que destruyó la ciudad japonesa de Hiroshima en agosto de 1945.
Onodera hizo estas declaraciones tras mantener una conversación telefónica con el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, con quien coincidió en que el último test norcoreano «fue mucho mayor que los anteriores ensayos nucleares y representa una amenaza nueva, más grave y apremiante», recogió la agencia Kyodo.
La estimación barajada por el Gobierno japonés es más de tres veces superior a la estimada por el surcoreano, 50 kilotones, y también es mayor a los cálculos del centro sismológico noruego Norsar, que la estimó en 120 kilotones, hasta ahora la que había considerado la potencia más elevada.
La última detonación nuclear ejecutada por Corea del Norte generó un terremoto artificial de más de 6 grados Ritcher al que minutos después siguió otro de menor intensidad, unos 4 grados.
Imágenes captadas por satélite y difundidas dos días después por la web especializada 38 North muestran los cambios en la superficie del terreno donde se sitúa la base norcoreana de pruebas nucleares de Punggye-ri, donde el suelo quedó levantado y se produjeron pequeños deslizamientos de tierra.
«Estas perturbaciones son más numerosas y generalizadas que las que se han podido observar en los cinco test previos realizados por Corea del Norte», dijo la página en su análisis.
Pese a la divergencia en las mediciones, los expertos coinciden en que Corea del Norte ha mejorado sensiblemente sus capacidades nucleares al lograr al menos quintuplicar en su sexta prueba la potencia de su anterior aparato, detonado el 9 de septiembre de 2016.
Aún son necesarias más mediciones, además de recoger posibles muestras de materiales radiactivos emanados del lugar de las pruebas, para determinar si Pyongyang ha logrado como declaró desarrollar una bomba H (de hidrógeno, un arma termonuclear más potente que los aparatos atómicos convenciones).
Tampoco está claro si el país asiático es capaz de equipar a uno de sus misiles intercontinentales con uno de estos artefactos de tamaño reducido, como aseguró.
El sexto ensayo nuclear de Corea del Norte fue el más potente hasta la fecha, y tuvo lugar tras los realizados en 2006, 2009, 2013 y los dos de 2016. (EFE)
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