Japón trabaja para que la situación de Fukushima no afecte al turismo

 

Planta nuclear de Fukushima (foto Tepco)

El Gobierno nipón y la operadora de la central de Fukushima afirmaron que trabajan en el desmantelamiento de la planta con el objetivo de que las consecuencias del accidente nuclear «no afecten» al turismo de cara a Tokio 2020.


Evitar que el «miedo o la inquietud» sobre la situación de Fukushima puedan frenar la llegada de visitantes extranjeros a Japón es una de las prioridades actuales para el Ministerio nipón de Energía y para Tokyo Electric Power Company (TEPCO), según dijeron sus representantes en rueda de prensa.

Los responsables de la gestión de Fukushima Daiichi destacaron los «firmes progresos» realizados en cuanto a descontaminación de las instalaciones nucleares, control de los vertidos radiactivos y trabajos preparatorios para el futuro desmantelamiento.

«En los últimos seis años hemos sido capaces de estabilizar la situación en la central», afirmó Satoru Toyomoto, supervisor del proceso de desmantelamiento de la accidentada Fukushima Daiichi del Ministerio nipón de Energía, Comercio e Industria.


«Trabajamos para seguir mejorando la situación y para que ésta no suponga ninguna preocupación para los turistas», afirmó Toyomoto durante una comparecencia ante los medios celebrada en Tokio, cuando se acerca el sexto aniversario del terremoto y el tsunami que desencadenaron la catástrofe nuclear.

En la misma línea, Naohiro Masuda, director de los trabajos de desmantelamiento de TEPCO, subrayó que los niveles de radiación dentro de la planta y en sus alrededores «continúan estables», por lo que «no hay ningún impacto posible» sobre los residentes de la zona ni sobre el medio ambiente.

No obstante, admitió que uno de los «desafíos» que afronta TEPCO es proteger la salud de los 5.850 empleados que trabajan cada día en las instalaciones nucleares para la descontaminación y el desmantelamiento de la planta, una tarea que puede alargarse entre 30 y 40 años.


Las labores de limpieza y de pavimentado dentro de la central han permitido la retirada de la mayor parte de las partículas radiactivas emanadas del accidente, y gracias a ello los niveles de radiación a los que los trabajadores resultan expuestos son cada vez menores, según Masuda.

Asimismo, valoró los pasos dados para investigar el estado interno de los reactores, un proceso necesario para el futuro desmantelamiento que realizan actualmente varios modelos de robots, y que ha permitido por primera vez estimar unos mortíferos niveles de radiactividad en el corazón de las instalaciones atómicas.


En cuanto a la acumulación de toneladas de agua altamente radiactiva en tanques tras su uso para refrigerar los reactores -otro de los problemas más acuciantes para TEPCO- el técnico señaló que aún se estudian varias opciones experimentales, así como su vertido en el mar tras retirar parte de los isótopos radiactivos.

El accidente de Fukushima Daiichi se considera el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.

Las fugas y vertidos resultantes aún impiden que miles de personas que vivían cerca de la central puedan regresar a sus casas, y han dañado gravemente a la agricultura, la pesca y la ganadería local. (EFE)

 

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