Criminal tiene hoy 19 años y será enjuiciado
Ryota Uemura tenía 13 años cuando fue asesinado en febrero del año pasado en Kawasaki por una pandilla liderada por un menor que hoy tiene 19 años.
Ryota no fue la primera víctima de ese asesino cuya identidad no puede ser revelada por ser menor de edad.
La víctima de 60 años que, por fortuna, sobrevivió al ataque y es gerente de un restaurante, lamenta no haber hecho más. «Si yo hubiera sido más estricto (con el menor), este incidente (el asesinato) podría no haber sucedido», declara a Mainichi Shimbun.
En la madrugada del 19 de junio de 2014, el menor viajaba en la parte trasera de una motocicleta en Kawasaki cuando golpeó al hombre que se desplazaba en una bicicleta.
El hombre recibió el golpe en la parte posterior de la cabeza con un tubo de metal. Gravemente herido, la víctima recibió doce puntos.
El menor no conocía al hombre.
En diciembre de ese mismo año, el hombre recibió una carta de dos páginas del menor. «Perdón por haberle hecho daño. Ese día yo estaba borracho… después me sentí culpable por lo que había hecho (…) Estoy muy arrepentido (…) Quiero pagar los costos de su tratamiento».
Junto con esa carta llegó otra de un abogado para llegar a un acuerdo extrajudicial. Cuando la víctima acepta un acuerdo fuera de los tribunales, algunas veces los juzgados de familia ofrecen a los delincuentes la posibilidad de seguir una rehabilitación que no requiere que estén encarcelados.
«Si me hubieras golpeado en otra parte, yo podría haber muerto. Por favor, imagínate si eso hubiera sucedido (…) Usa esto como una oportunidad para convertirte en un miembro de la sociedad adulta y en una persona que no solo no causa problemas a los demás, sino que además beneficia a otras personas y a la sociedad», respondió la víctima a través de una carta.
El hombre llegó a un acuerdo extrajudicial con la otra parte y por medio del cual el menor pagaría 10.000 yenes (83 dólares) al mes durante aproximadamente un año y medio.
En enero de 2015, el menor y sus padres se reunieron con el hombre para disculparse en persona. El asesino prometió que nunca volvería a hacer algo como lo que hizo. Dijo que había estado borracho y que no recordaba por qué lo había golpeado.
Promesas huecas. Mentiras. Apenas un mes después, el menor, en complicidad con otros dos delincuentes, asesinó a Uemura.
El hombre recuerda que el asesino le pareció uno de esos chicos traviesos que uno podría encontrar en cualquier lugar. “Creo que tenía algún tipo de frustración dentro», dice.
El juicio al asesino se inicia el 2 de febrero en el Tribunal de Distrito de Yokohama. (International Press)
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