Bolsa de Tokio persiste en los números rojos

Inversores temen un sobrecalentamiento

La Bolsa de Tokio volvió a vivir el lunes una jornada traumática tras perder más de un 3 por cierto ante una nueva subida del yen y el temor de los inversores a un sobrecalentamiento después de la meteórica escalada de los últimos meses.


Sin abandonar los números rojos en toda la sesión, el Nikkei cerró con una caída del 3,22 por ciento, 469,80 puntos menos, para quedar en 14.142,65 unidades, y las pérdidas se repitieron en casi todos los sectores.

Después de abrir con una bajada de un 1,63 por ciento, el selectivo llegó a depreciarse más de un 4 por ciento temporalmente afectado por la subida de la divisa local, que se intercambió en la banda baja de los 101 yenes con el dólar y en la media de los 130 yenes con el euro.

El nerviosismo de los inversores dominó la jornada después de que la semana pasada el Nikkei perdiera un 3,5 por ciento en su mayor caída semanal desde octubre de 2012 y solo el jueves retrocediera más de un 7 por ciento, un desplome que no se veía desde la crisis nuclear de Fukushima en marzo de 2011.


Los datos que apuntaban a la contracción de la actividad manufacturera en China y el titubeante rendimiento del bono japonés a 10 años que se disparó hasta el 1 por ciento provocaron la tormenta bursátil.

Los analistas locales coinciden en que la caída del lunes se debió principalmente a un encarecimiento del yen por tercer día consecutivo, lo que perjudica a los grandes exportadores, pero no descartaron los temores hacia lo que se considera un sobrecalentamiento del parqué tokiota.

En lo que va de año y hasta el desplome de la semana pasada, el Nikkei había llegado a ganar cerca de un 50 por ciento.


«Después de que el mercado se haya dejado más de 1.000 puntos el jueves y el viernes, los inversores se encuentran aún incómodos», detalló Hiroaki Hiwada, analista de la consultora Toyo Securities, en declaraciones a la agencia Kyodo.

Además, las turbulencias de Tokio han provocado una sensación de ansiedad en los inversores extranjeros, que se han decantado en las últimas cotizaciones por desprenderse de yenes y recoger beneficios.


Las repentinas caídas bursátiles han llevado al Gobierno japonés a salir al paso y explicar que los mercados se encuentran en una «fase de ajuste».

El ministro portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga, restó importancia al retroceso de los últimos días y aseguró que la economía nipona «se está recuperando de manera continuada» gracias a las medidas de estímulo del ejecutivo y el Banco de Japón (BOJ).

Por su parte, el gobernador del emisor nipón, Haruhiko Kuroda, dijo este domingo que el BOJ permanecerá atento ante cualquier signo de sobrecalentamiento o exceso de riesgo y negó que de momento esté habiendo «expectativas alcistas» en los mercados o en las actividades de las instituciones financieras.

Lo que es indudable es el gigantesco ascenso en los últimos meses del parqué tokiota, que ha ganado un 70 por ciento desde el pasado noviembre.

Una escalada motivada por el optimismo generado por las medidas del Gobierno nipón y la enorme inyección de liquidez del Banco de Japón.

A pesar del desinfle de los últimos días, expertos locales señalan que la tendencia al alza aún se mantendrá, alimentada por la conocida como «Abenomics», la agresiva política económica del primer ministro japonés, Shinzo Abe, y por las expectativas de recuperación en EEUU. (EFE)

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