Avión también trae de vuelta a los siete supervivientes
Un avión fletado por el Gobierno nipón aterrizó hoy en el aeropuerto de Haneda, en Tokio, con los cuerpos de nueve fallecidos y con los siete supervivientes japoneses del ataque terrorista perpetrado la semana pasada en una planta de gas en Argelia.
La repatriación de los cadáveres se produjo horas después de que Japón confirmara la muerte de un décimo ciudadano nipón, el exvicepresidente de la empresa JGC, que permanecía desaparecido tras el asalto a la planta gasística de In Amenas, en el sureste argelino, y cuyo cuerpo llegará a Tokio mañana.
En el asalto murieron 10 de los 17 trabajadores japoneses de la firma nipona de ingeniería JGC, que también mantenía en ese lugar a otros 61 empleados de otras nacionalidades, de los que fallecieron seis.
Los féretros, cubiertos por telas y flores blancas, fueron recibidos con un acto solemne en el aeropuerto por el ministro de Exteriores, Fumio Kishida, acompañado de altos cargos del Ministerio y trabajadores de la empresa.
Tras recibir los cuerpos, la Policía japonesa inició la autopsia para corroborar la causa concreta de la muerte de los trabajadores, según detalló la cadena NHK.
En el avión también viajaba el presidente de JGC, Koichi Kawana, que se desplazó la semana pasada a Argelia para poder seguir de cerca la situación.
En una rueda de prensa celebrada hoy en Tokio, con la bandera nipona decorada con un ribete negro en memoria de las víctimas, el ministro portavoz, Yoshihide Suga, reiteró la condena del Gobierno y su compromiso de «luchar contra el terrorismo» junto con el resto de la comunidad internacional.
El Gobierno además hizo público el nombre de los diez fallecidos, un tema que había provocado cierta polémica en Japón ante la reticencia de JGC de dar a conocer las identidades de las víctimas.
Kawana, visiblemente emocionado, declaró hoy desde la sede de la empresa en Yokohama, a pocos kilómetros de Tokio, que para la compañía ha supuesto «un dolor extremo perder estas personas», al considerar a sus trabajadores «un tesoro» de la empresa.
El asalto a la planta de In Amenas, al que sobrevivieron 792 trabajadores, lo reivindicó un grupo salafista que dijo actuar en respuesta a la intervención internacional en apoyo del Gobierno de Mali contra los grupos radicales islámicos que operan en el norte de ese país. (EFE)
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