Anuncio del ente emisor ya estaba previsto por los inversores
La Bolsa de Tokio retrocedió el jueves pese a la inyección de casi 90.000 millones de euros anunciada por el Banco de Japón (BOJ), que según analistas locales ya entraba dentro de lo previsto por los inversores.
El índice Nikkei cerró con una caída de 121,07 puntos, un 1,19 por ciento, y quedó en 10.039,33 unidades.
El sector de la minería lideró las pérdidas, seguido por el de maquinaria de precisión y el de telecomunicaciones, mientras que el de las eléctricas, el del caucho y el de las corredurías cosecharon los mayores avances.
El Nikkei, que la víspera cerró por encima de los 10.000 puntos por primera vez desde abril, permaneció en territorio negativo durante toda la jornada debido a que los inversores se dieron a la captura de los beneficios que han deparado las últimas negociaciones, según analistas locales.
El selectivo nipón aceleró su tendencia a la baja después de que el BOJ anunciara que amplía su programa de compra de activos en 10 billones de yenes (89.767 millones de euros) hasta los 101 billones de yenes (816.831 millones de euros), una acción prevista por el parqué tokiota.
«La caída fue solo una reacción a las recientes subidas aceleradas. Se espera que la Bolsa de Tokio se mantenga sólida a menos que el mercado neoyorquino retroceda de manera sustancial», dijo Yutaka Miura, analista de Mizuho Securities, a la agencia Kyodo.
Grandes valores que habían liderado las subidas del Nikkei en las últimas jornadas contribuyeron a su retroceso.
Fue el caso de la textil Fast Retailing, que se dejó un 4,1 por ciento, el fabricante de robótica industrial Fanuc, que se depreció un 2,1 por ciento, o el operador de telefonía móvil Softbank, que cayó un 3,8 por ciento.
Mitsubishi Motors bajó un importante 5,5 por ciento después de que el Ministerio de Transporte amonestará al fabricante de vehículos por gestionar de manera inadecuada una llamada a revisión de coches defectuosos. (EFE)
