Un supuesto comunicado en el que las FARC hablan por primera vez de desarme, pero que algunos califican de «apócrifo», generó tal revuelo en Colombia que hasta el presidente Juan Manuel Santos anunció que su Gobierno investiga su autenticidad.
«Vamos a verificar su autenticidad, si es auténtico le damos la bienvenida a esta actitud, pero nuevamente el pueblo colombiano, por la experiencia que ha tenido, es escéptico. Nos hemos vuelto como Santo Tomás, que para creer tenemos que meter el dedo en la llaga», afirmó Santos.
Y continuó: «las palabras, por más bonitas que sean, no son suficientes. Queremos hechos, si hay hechos habrá paz».
Santos respondió así a un comunicado colgado el viernes en el portal de Café Stereo, un medio afín a la guerrilla, en el que se indica que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) celebran el Marco Jurídico para la Paz que debate el Congreso y estarían dispuestas a dejar las armas y a desmovilizarse.
«Para los enemigos del pueblo, que siempre creyeron que la guerrillerada nunca nos someteríamos a la entrega de las armas y la desmovilización, ésta es la oportunidad para decirles que con el ‘marco jurídico para la paz’ sí vemos una ventana abierta para que ello ocurra», señala el comunicado.
Los supuestos rebeldes también señalan: Santos «tiene las llaves para la paz y nosotros tenemos el cerrojo».
El comunicado, que en principio fue acogido con expectación, fue pronto cuestionado por la exsenadora Piedad Córdoba, mediadora con las FARC en varios procesos de liberaciones y líder del movimiento Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), quien lo calificó de «apócrifo», y le resultó «extraño» por su «mala ortografía».
En los mismos términos se expresó Prensa Rural, un medio colombiano en internet, en el que planteó una serie de elementos que ratificarían su falsedad, como que muestre «grandes contradicciones», por ejemplo, el hecho de que las FARC nunca han reconocido antes que Santos tenga «la llave de la paz» y tampoco habían hablado de «rendición».
También cuestiona «la ortografía» e indica que la «página oficial de las Farc, www.farc-ep.co, está nuevamente en funcionamiento», por lo que de ser auténtico se hubiera difundido a través de ella.
En ese contexto, el senador Roy Barreras, ponente del Marco para la Paz, la norma que debate el Congreso y que de aprobarse abriría un espacio jurídico para negociar con las guerrillas, pidió desde Washington «prudencia».
Las expectativas surgieron por el contexto que vive Colombia, ya que hace sólo tres días las FARC liberaron al periodista francés Roméo Langlois, tras tenerlo cautivo 33 días, en medio de un gran evento político que ciertos sectores criticaron por considerarlo propaganda guerrillera.
Langlois, tras regresar a la libertad, fue el responsable de entregar una carta de las FARC al Gobierno francés, en la que la guerrilla pide a ese país mediación en un proceso de paz.
Hoy el presidente francés, François Hollande, anunció que no va a interferir en la política colombiana, ni se va a implicar en «ningún proceso» de paz.
El supuesto comunicado de las FARC, la carta al presidente francés y la liberación de Langlois se producen justo cuando el Congreso colombiano entra en la recta final de su discusión sobre el mencionado Marco para la Paz.
Se trata de una iniciativa, a propuesta gubernamental, que busca herramientas jurídicas para desarrollar un futuro diálogo con las guerrillas de las FARC y el ELN, es decir, sentar las bases para negociar el fin del conflicto armado que ahoga a Colombia desde hace casi 50 años.
Pero este Marco para la Paz ha recibido duras críticas, como las del expresidente Álvaro Uribe, quien considera que abre paso a la impunidad.
El ponente de la iniciativa, el senador Barreras, señaló recientemente a Efe que no contempla indultos ni amnistías, pero al tiempo los guerrilleros no encontrarían «una escena de cárcel y justicia plena porque entonces no se desmovilizarían» sino una «justicia alternativa» que les permita la reinserción social.
En medio del revuelo, Colombia espera un pronunciamiento de las FARC a través de sus canales de comunicación tradicionales.