Por Jorge Barraza*
Que el Balón de Oro 2010 concedido a Messi haya generado sorpresa, en algunos casos perplejidad o polémica es, como mínimo, insólito. O absurdo. Entregar el premio de mejor futbolista del mundo justamente al mejor del mundo nunca puede causar estupor ni asombro. Menos, indignación (en España).
No puede ser jamás un dislate dar el Oscar a Robert De Niro o los Guantes de Oro a Muhammad Ali en el esplendor de sus carreras. ¿Cómo alguien podría escandalizarse porque Vargas Llosa recibe el Nobel de Literatura…?
Tuvo que ser José Mourinho -olvidando que es el técnico del Madrid- quien aportara un soplo de sensatez en medio de la estupidez: “Un Balón de Oro en las manos de Messi siempre está en buenas manos. Es un jugador de otro planeta”, resumió. Paolo Maldini ya había sentado posición: “Yo a Messi le daría un Balón de Oro cada año”.
Desde luego, había tres candidatos excelentes y cualquiera de ellos que ganara hubiese estado perfecto. Por fútbol, por rendimiento, méritos, clase y porque todos tenemos una preferencia determinada, nuestro voto era para Xavi. Por razones de edad, para el fabuloso conductor del Barcelona era ahora o nunca. No se dio.
Iniesta era un prospecto razonable e igualmente merecía el galardón. Es una pieza esencial del fantástico Barcelona, ha sido campeón del mundo esta temporada, marcó el gol de la victoria en la final.
Sin embargo, la corona fue para el artista que nos deslumbra en cada partido que juega, que a los 23 años (aunque le falten títulos, goles y recorrrido) ya tercia en la comparación con Pelé y Maradona. Para un jugador que ha marcado la bestialidad de 60 goles en 64 partidos en el año correspondiente al premio; que además es un irresistible asistidor y buen recuperador. Una estrella con absoluto sentido de equipo.
Hablar de las bondades de Messi es redundante, empalagoso. No amerita una línea más de esta columna. Para los “estupefactos”, caben algunas consideraciones.
1) En años mundialistas, la Copa del Mundo determina en buena medida al Balón de Oro. Sin embargo, el de Sudáfrica fue un Mundial discreto, de fútbol pobre, hasta decepcionante. En ese marco, España resultó un campeón correcto. O bueno. No deslumbró. Concretó mucho menos de lo que intentó. Y cuidado, fue el justo y merecido ganador. Pero en esa España no hubo una figura excluyente. Emerge Iniesta por el gol de la final o Xavi por su magnífica semifinal ante Alemania. Por eso, esta vez el Mundial tuvo menos influencia en la elección del Balón de Oro que en otras ocasiones. Además, esta es una distinción individual, no hay que premiar a España por su título con este Balón.
2) “Iniesta es excelente, pero si lo que decide es únicamente el Mundial, entonces el Balón de Oro debería ser para Forlán, que fue el mejor del torneo”, razonó ayer Waldemar Victorino, aquel goleador de Nacional y la Celeste en los ’80, con quien compartimos un café. Brillante reflexión. Si Iniesta y Xavi no pudieron ganar el Balón de Oro del Mundial, ni siquiera estar entre los tres primeros del torneo (Sneijder fue plata y David Villa bronce) ¿por qué ahora debería premiárselos por su “gran” actuación en Sudáfrica…? El argumento debería ser otro.
3) A Messi se le achaca no haber sido campeón con Argentina. Si todos entendemos que el fútbol es un juego colectivo, ¿por qué exigir que un jugador gane solo el Mundial…?
4) “La FIFA es una vergüenza”, “Blatter antiespañol”, tronaron en España. La FIFA no elige: son los entrenadores y capitanes de todas las selecciones del mundo quienes lo hacen. Esta vez, dada la unificación del Jugador Mundial de la FIFA con el Balón de Oro de France Football, también votaron los periodistas. Y acá perdió nivel el nombramiento: en general, los periodistas no están a la altura de los jugadores ni de los técnicos: saben menos. Igual, no existe un galardón mejor organizado, más transparente ni calificado: al instante de conocerse el vencedor, se da a publicidad el voto individual de cada uno. FIFA y France Football sólo recogen el sufragio.
5) Lo habíamos anticipado, a Messi pueden salvarlo los futbolistas y los entrenadores. Ellos saben dimensionar las proezas que hace dentro de una cancha. Entre 154 periodistas, Messi apenas logró 18 primeros puestos (90 puntos), Iniesta 40 (200). Los 136 directores técnicos votantes encumbraron a Messi: 51 a 30. Y los 136 futbolistas lo dieron ganador también a Leo por 45 a 26. Clarísimo: para quienes más conocen del asunto, Messi.
6) El premio otorga 5 puntos a quien obtiene un primer puesto, 3 al segundo y 1 al tercero. En este escenario, será muy difícil que Messi no esté definiendo el Balón de Oro en los próximos años. ¿Cómo no incluirlo entre los tres primeros?
7) “Messi es Messi por Iniesta y Xavi”, opinan millones. ¿En ese caso, por qué Iniesta y Xavi no hacen jugar como Messi a Pedro, a Bojan…? El Barsa y España ganarían todos los títulos.
Ni indignación ni asombros ni escándalos, Messi es un Balón de Oro magnífico, irreprochable.
* Ex articulista de «El Gráfico» y Director de la revista Conmebol. (c) International Press
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