
La ambición espacial de Japón ha sufrido un duro revés esta mañana tras registrarse una anomalía crítica durante el lanzamiento del cohete H3 número 8. La misión despegó a las 10:51 horas desde el Centro Espacial de Tanegashima, en la prefectura de Kagoshima, con el objetivo de poner en órbita el satélite Michibiki 5. Sin embargo, mientras la aeronave ganaba altitud hacia su trayectoria prevista, el motor de la segunda etapa se detuvo de forma prematura.
La Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, conocida como JAXA, confirmó la interrupción temprana de la combustión y se encuentra analizando los datos para determinar el alcance del fallo. Este incidente ocurre en un momento crucial para el programa aeroespacial nipón, que buscaba consolidar la fiabilidad de su nuevo cohete insignia. El portavoz de la agencia en Tanegashima informó que se están verificando los detalles técnicos del apagado del motor mientras la misión permanece en estado de emergencia.
UNA SERIE DE RETRASOS
El camino hacia este lanzamiento ha estado marcado por constantes obstáculos y retrasos técnicos. Originalmente, la misión debía partir el 7 de diciembre, pero fue pospuesta tras detectarse irregularidades en la Unidad de Sensor Inercial, un dispositivo vital para controlar la postura y estabilidad del cohete. Posteriormente, un intento programado para el día 17 fue cancelado debido a errores en la operación manual de las válvulas de gas del sistema de enfriamiento terrestre.
La carga útil de este cohete es de suma importancia estratégica para la infraestructura tecnológica del país. El satélite Michibiki 5 es una pieza clave de la versión japonesa del sistema GPS, diseñado para mejorar drásticamente la precisión del posicionamiento en teléfonos inteligentes y sistemas de navegación para automóviles. Un fallo definitivo en la puesta en órbita de este dispositivo representaría un retraso significativo en la modernización de los servicios de geolocalización en Japón.
En estos momentos, los ingenieros de JAXA trabajan contra reloj para entender por qué el motor secundario no cumplió con el tiempo de combustión programado. La comunidad científica internacional observa con atención el desenlace de esta situación, que pone a prueba la resiliencia del sector espacial japonés. El futuro inmediato del cohete H3 dependerá de los resultados de esta investigación técnica que se desarrolla bajo una atmósfera de máxima tensión en Tanegashima. (RI/AG/IP/)
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