El gobierno japonés acordó aumentar de manera significativa la compra de equipamiento militar estadounidense como parte de las negociaciones bilaterales sobre aranceles, según confirmaron autoridades de ambos países. El incremento busca ofrecer un gesto de impacto político que satisfaga las demandas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en torno al desequilibrio comercial.
De acuerdo con la Casa Blanca, Japón y Estados Unidos pactaron elevar el valor de adquisiciones anuales de defensa de 14 mil millones de dólares (aproximadamente 2 billones de yenes) a 17 mil millones de dólares (unos 2.5 billones de yenes). Esto supone un aumento sustancial respecto a lo previsto inicialmente.
El jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayashi, reconoció en conferencia de prensa que durante las negociaciones “se explicó a la parte estadounidense nuestra política actual de adquisición de equipos de defensa”, la cual, según sostuvo, se enmarca en el plan de fortalecimiento de la capacidad militar que Japón ya había decidido previamente. “No hay pérdida para Japón; era una compra ya planificada, simplemente se presentó como parte del acuerdo”, señaló un funcionario gubernamental.
Según fuentes oficiales, esta medida fue planteada como una estrategia para reducir la presión sobre el superávit comercial japonés frente a Estados Unidos. “Es una cifra alta, genera impacto y facilita la aceptación del otro lado”, apuntó otro representante.
El incremento responde a la tendencia al alza de las adquisiciones militares japonesas, que en los últimos años han oscilado entre 200 mil millones y 700 mil millones de yenes anuales. Para el ejercicio 2025, el presupuesto de contratos bajo el sistema de ventas militares al extranjero (FMS, por sus siglas en inglés) asciende a 1.076 billones de yenes, lo que supone 76 mil millones más que el año anterior y representa el segundo monto más elevado en la historia.
Estados Unidos vende este tipo de equipamiento —incluyendo cazas de última generación— a países aliados mediante acuerdos FMS, lo que consolida aún más la cooperación militar entre Tokio y Washington en un contexto de crecientes tensiones regionales. (RI/AG/IP/)
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