
El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, desató críticas ayer tras realizar comentarios considerados ofensivos durante una visita oficial a la prefectura de Gunma. La gira, enfocada en iniciativas de revitalización regional, incluyó recorridos por espacios urbanos y culturales en Maebashi y Takasaki, así como intercambios con emprendedores locales.
Ishiba comenzó su agenda en JINS PARK, un centro de intercambio comunitario en Maebashi. Luego visitó la zona urbana renovada por alianzas público-privadas, incluyendo el hotel Shiroiya, las calles Babakkawa y Chuo-dori 2, y conversó con miembros de organizaciones como Taiyo no Kai y Maebashi Design Commission. También recorrió sitios como la calle Bentendori, la campana Taiyo no Kane, Maebashi Galleria y el museo Arts Maebashi, donde dialogó sobre educación, digitalización y la atracción de jóvenes talentos a las regiones. Finalmente, en Takasaki, inspeccionó el centro de formación digital TUMO Gunma.
ISHIBA LA EMBROLLA: «HAY GENTE INTIMIDANTE»
Sin embargo, la cobertura mediática se centró en sus declaraciones durante un encuentro con empresarios locales. “Los que venimos del oeste de Japón, cuando oímos hablar del norte de Kanto o de Gunma, pensamos que hay gente intimidante”, dijo. Añadió que las mujeres en la región “parecen muy fuertes, lo que a veces intimida”.
Sus comentarios fueron tachados de estereotipos negativos. En rueda de prensa posterior, Ishiba explicó que se refería al dicho local «kakaa denka to karakkaze«, que alude al carácter fuerte de las mujeres en Gunma, y aseguró que no había intención de discriminar: “No hubo ninguna conciencia de desprecio o prejuicio”.
Aunque la visita buscaba resaltar el potencial de Gunma como modelo de desarrollo regional, los comentarios del primer ministro opacaron ese objetivo. (RI/AG/IP/)
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