El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón anunció hoy que en 2024 el número de nacimientos fue de 686.061, lo que representa una caída de más de 41.000 respecto al año anterior. Es la primera vez que el país registra menos de 700.000 nacimientos desde que comenzaron las estadísticas en 1899. La cifra también marca un mínimo histórico, en un país que enfrenta desde hace décadas una grave crisis demográfica.
Además, la tasa de natalidad total, que indica el número promedio de hijos que una mujer tiene en su vida, cayó a 1,15, otro récord a la baja. Este número está muy por debajo del nivel necesario (alrededor de 2,07) para mantener estable la población sin inmigración.
La diferencia entre nacimientos y muertes marcó también un récord negativo: 919.237 personas menos, la mayor caída jamás registrada.
UN DECLIVE ACELERADO
La disminución de nacimientos ha sido constante desde el final del segundo «baby boom» en los años 70. Japón ya había caído por debajo del millón de nacimientos en 2016, los 900.000 en 2019 y los 800.000 en 2022. Ahora, el ritmo de declive supera incluso las proyecciones oficiales: el nivel actual equivale al que se esperaba para dentro de 15 años.
Por prefecturas, Tokio tuvo la tasa de natalidad más baja, con 0,96, siendo la única en caer por debajo de 1. Le siguen Miyagi (1,00), Hokkaido (1,01) y Akita (1,04). Okinawa lidera el ranking con la tasa más alta del país: 1,54.
En contraste, las muertes aumentaron a un total de 1.605.298, lo que también representa un récord. Las principales causas fueron el cáncer (23,9%), enfermedades cardíacas (14,1%), y la vejez (12,9%). El COVID-19 representó el 2,2% de los decesos.
MATRIMONIOS Y POLÍTICAS
En 2024 se registraron 485.063 matrimonios, un leve aumento tras dos años de caídas. También subieron los divorcios, con 185.895 casos.
Desde finales de los 80, el gobierno japonés ha lanzado múltiples políticas para frenar la baja natalidad, como el «Plan Angel», la ampliación de guarderías y la gratuidad en la educación infantil. En 2023 se aprobó la estrategia «Futuro Infantil», que incluye más apoyos económicos a las familias con hijos y entrará en vigor este año.
Aun así, el Ministerio reconoce que factores estructurales como la reducción de mujeres jóvenes, la postergación del matrimonio y la maternidad tardía están profundizando el problema y complicando cualquier solución a corto plazo. (RI/AG/IP/)
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