
Por: Lily Céspedes
Hoy, cuando en el mundo se habla mucho del cambio climático con gran preocupación por la falta del recurso agua, en el Perú hay comunidades que habitan en las zonas altas que vienen trabajando en la recuperación de técnicas ancestrales para obtener este valioso recurso hídrico.
A tan solo 70 km de Lima está San Andrés de Tupicocha, un distrito de la provincia de Huarochirí que alberga a comunidades altoandinas que viven en pequeños ayllus y donde hay un gran respeto por sus creencias, por sus quipus milenarios heredados de sus antepasados y donde se desarrolla el trabajo comunitario en busca del bien común. Así, los pobladores de esta zona han recuperado antiguos canales de agua que hoy son usados para su consumo y el riego de sus chacras.
De eso nos habla «Relatos Urgentes del Agua», un documental del cineasta peruano Andrés Malatesta que fue exhibido en el Festival de Cine Peruano en París (Francia) y en la Alianza Francesa de Miraflores (Lima) el 2024.

LOS SAGRADOS QUIPUS
Cuando creíamos que los quipus eran instrumentos rescatados que solo se exhibían en los museos durante exposiciones de la cultura Inca, el film de Malatesta nos muestra otra realidad desconocida por muchos.
A lo largo de una extensa costa donde florecieron diversas culturas, los antiguos peruanos buscaron protegerse del abuso de los colonizadores y ocultaron lo que para ellos era sagrado: los quipus. Aquel sistema de registro contable usado por los Incas, hoy sabemos que era mucho más que eso. También los usaban las antiguas culturas costeñas cuyos descendientes los muestran hoy en festividades importantes y en la elección de presidentes de sus comunidades.
«Hace menos de 100 años todavía se escribía en quipus en algunas regiones del país. Es un tipo de escritura, no solo un sistema de contabilidad. Ahí se narran mitos, te cuentan historias, te hablan de las familias, de los fenómenos que han sucedido. Los quipus eran como tesoros para ellos», cuenta Malatesta quien hizo una investigación previa en el lugar y recogió testimonios para la realización de este film.
El documental muestra la manera como los tupicochanos celebran la tradicional Fiesta de la Huayrona, un ritual ancestral considerado Patrimonio Cultural de la Nación al que asisten los presidentes de las comunidades portando los quipus con sus clásicos nudos pero también se observan en ellos algunas figuras que antes se desconocían, lo que nos refuerza la concepción de otros usos.
«Me quedé impresionado por lo que vi. Una población desfilando por las calles con quipus milenarios en sus manos. Después, me contaron que esos quipus eran de sus antepasados», dice Malatesta.

LOS AYLLUS SON VIDA EN COMUNIDAD
En el documental se muestra también la vida en comunidad que se desarrolla en San Andrés de Tupicocha, donde hay diez ayllus activos que se encargan -entre otras cosas- de preservar la infraestructura de los antiguos canales de agua, construidos por culturas ancestrales y que han sido descubiertos por los tupicochanos a lo largo de su territorio. Todos los ayllus participan de estas labores (hombres y mujeres) de limpieza de los canales de manera ordenada antes que llegue el periodo de lluvias para así garantizar la cosecha del agua (almacenamiento del agua en grandes lagunas construidas).
«Es una Nación de pequeños ayllus, conformada por pequeños pueblos cuya lengua antigua no es el quechua. Nadie habla quechua en el lugar aunque los pueblos tienen nombres quechuas. Se presume que su lengua de origen fue el Aru, familia lingüística del Jaqaru», refiere Malatesta.
La historia nos dice que durante la repartición que hizo el virrey Toledo en 1570 decidió concentrar los ayllus en un solo lugar para controlar a la población y creó los pueblos. «Los pueblos de la sierra son una novedad española, sus calles, sus plazas, su Iglesia. Antes, esos pueblos existían y estaban generalmente en las cumbres de los cerros donde se desarrollaban a partir de los ayllus. Sin embargo, ellos aceptaron bajar y se asentaron en este lugar. Lugar de la laguna del agua cuando no hay laguna, pero mil años antes sí había una laguna por ahí», nos dice el cineasta.
EL PAPEL DE LAS AMUNAS
Las amunas son canales de piedra y arcilla que se construyeron hace más de mil años a lo largo de una gran parte de nuestro territorio para llevar el agua a diversos poblados sobre todo en zonas de altura. Hoy las amunas son utilizadas para almacenar el agua en grandes reservorios y ser utilizada durante el periodo de sequía. Los habitantes de San Andrés de Tupicocha forman parte de este grupo privilegiado que ha sido favorecido con 26 canales de irrigación heredados de sus ancestros y que forman una gran red que lleva agua a varias de sus comunidades que se encuentran entre los 3 mil y 4 mil metros de altura.
Estos grandes depósitos no son naturales, se construyen en las cabeceras de cuencas y se infiltran y almacenan en manantiales. Es una forma de recuperar la técnica ancestral para el almacenamiento del agua.

«Los tupicochanos han construído un canal de 50 km de largo a través de las montañas para traer agua al pueblo. Con una cordillera occidental seca, el agua de los nevados baja al valle a través de los antiguos canales que se utilizan para lograr la cosecha de productos de los cuales se alimenta la población». «Se trata de una comunidad resiliente que busca soluciones comunitarias a un problema mundial como es la falta de agua, mientras el mundo entero se queja por la falta de este recurso y no hace nada por ayudar a su conservación», señala el director y productor Andrés Malatesta.
«Relatos Urgentes del Agua» nos transporta a mirar el pasado, rememorar hechos que han trascendido y fueron plasmados en los famosos Manuscritos de Huarochirí. Mitos y creencias escritos originalmente en lengua quechua que fueron traducidos al español por José María Arguedas muy a su estilo en Dioses y Hombres de Huarochirí y que de manera más cercana, con mucha más investigación, ha sido editado últimamente en español y quechua por el australiano Gerald Taylor en Ritos y Tradiciones de Huarochirí.
El documental rememora parte de ese pasado milenario de Huarochirí y nos muestra en imágenes una realidad que ha trascendido al paso del tiempo. Vivimos en un país muy diverso, por lo mismo deben estar dormidos bajo tierra más canales de agua como los antiguos caminos hallados y que hoy sabemos formaron parte del extenso territorio del incanato: el Qhapac Ñan o famoso camino inca utilizado por los comerciantes de anteriores civilizaciones.

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