El mundo se despide este sábado del papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril. Su funeral se celebra a las 10:00 horas locales, 17:00 horas de Japón, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, y ha convocado una asistencia sin precedentes de líderes mundiales y fieles católicos de todo el planeta.
Según la agencia Reuters, más de 130 países y regiones han enviado delegaciones oficiales, incluidas alrededor de 50 jefes de Estado y 10 casas reales. Entre los asistentes más destacados están los presidentes Donald Trump de Estados Unidos, y Volodímir Zelenski de Ucrania, cuya presencia conjunta ha generado gran expectación por la posibilidad de un encuentro diplomático entre ambos, en medio de los esfuerzos de Washington por impulsar una salida negociada a la guerra en Ucrania.
El potencial contacto entre Trump y Zelenski podría marcar un punto de inflexión en las tensas relaciones bilaterales. Desde el 28 de febrero, cuando fracasaron las negociaciones para un acuerdo sobre el desarrollo de recursos minerales en territorio ucraniano tras una discusión entre ambos líderes, no se han reportado contactos directos. La expectativa por un acercamiento durante el funeral es alta, aunque fuentes diplomáticas se han mostrado cautas.
UNA CEREMONIA DE ESTADO CON DIMENSIÓN GLOBAL
La ceremonia fúnebre ha atraído a una amplia gama de líderes mundiales, incluyendo al presidente de Francia, Emmanuel Macron; al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; al presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., y a representantes de varias monarquías europeas, como el rey Felipe VI de España y el príncipe heredero William del Reino Unido.
Desde Japón, asistirá el ministro de Asuntos Exteriores, Takeshi Iwaya, en representación oficial del gobierno nipón. Se espera una presencia multitudinaria de fieles católicos y ciudadanos de diversas partes del mundo que se congregarán en Roma para rendir homenaje al primer papa latinoamericano de la historia.
Según el deseo expresado por el propio pontífice en su testamento, sus restos serán enterrados en la Basílica de Santa María la Mayor, una de las iglesias más antiguas y veneradas de Roma. Esta decisión simboliza el profundo vínculo de Francisco con la espiritualidad mariana y su visión pastoral centrada en la humildad, la misericordia y el contacto directo con el pueblo.
El papa Francisco, elegido en 2013 como el primer pontífice jesuita y latinoamericano, deja un legado de reformas, acercamiento a los marginados y fuerte posicionamiento frente a temas como el cambio climático, la migración, la justicia social y la paz global. (RI/AG/IP/)
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