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La Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón (JMSDF) realizó la botadura de su más reciente buque de reconocimiento acústico, el «Bingo» (びんご). Se trata del cuarto navío de la clase Hibiki, especializada en la detección y monitoreo de submarinos en aguas japonesas. El nombre del nuevo buque proviene del mar de Bingo, ubicado en el mar Interior de Seto. Tras completar las fases de equipamiento y pruebas, se espera que entre en servicio en marzo de 2026.
El despliegue del «Bingo» forma parte de los esfuerzos de Japón para reforzar su capacidad de vigilancia marítima en un contexto de creciente actividad de submarinos chinos y rusos en la región.
A diferencia de otros buques de la JMSDF, el «Bingo» adopta un diseño SWATH (Small Waterplane Area Twin Hull), es decir, una estructura de casco doble. Este diseño ofrece dos ventajas fundamentales:
– Mayor estabilidad: Reduce la influencia del oleaje, permitiendo operaciones más estables incluso en condiciones meteorológicas adversas.
– Mayor superficie de cubierta: Permite la instalación de equipos avanzados de detección submarina.
La misión principal del «Bingo» es detectar y clasificar submarinos a través del sonido. Para ello, cuenta con un sofisticado sistema de reconocimiento acústico que recopila, analiza y clasifica los sonidos generados por los submarinos, conocidos como «sonidos característicos» o «sonidos de firma», similares a una «huella dactilar» acústica.
Cada submarino, incluso aquellos del mismo tipo, produce patrones de sonido únicos, determinados por factores como el diseño de sus hélices y el tipo de maquinaria utilizada. El «Bingo» y sus buques gemelos recolectan estos datos y los comparan con una base de datos de sonidos de submarinos identificados, permitiendo a Japón rastrear y diferenciar unidades específicas de potencias extranjeras.
MISIONES DE LARGO ALCANCE
Para evitar interferencias con su propia misión, el «Bingo» utiliza una configuración de propulsión especial. En lugar de depender directamente de motores diésel convencionales, el buque genera electricidad mediante motores situados en la parte superior de su estructura, que luego alimentan motores eléctricos conectados a las hélices. Esto minimiza el ruido submarino y reduce la posibilidad de ser detectado.
Además, su principal herramienta de detección es un sonar remolcado de gran alcance, con una longitud de aproximadamente 800 metros, unido a un cable de hasta 2.000 metros. Gracias a esta configuración, el sonar puede operar a una gran distancia de la nave, minimizando las interferencias generadas por su propio movimiento y aumentando la precisión de sus análisis.
Si bien la JMSDF no ha revelado el alcance exacto de su sonar, se estima que puede detectar submarinos a cientos de kilómetros de distancia. La información recopilada se mantiene en secreto militar, dado que su divulgación podría comprometer la capacidad de Japón para rastrear unidades hostiles.
SIN ARMAS, PERO ALTAMENTE ESTRATÉGICO
A pesar de su importancia militar, el «Bingo» no está armado. Su función no es la de combate, sino la de recolectar y analizar información estratégica. Para garantizar su operatividad a largo plazo, el buque está equipado con una plataforma de aterrizaje para helicópteros, lo que permite reabastecimiento y evacuaciones médicas en alta mar.
En términos de estrategia, la importancia del «Bingo» supera incluso a la de muchos buques de guerra tradicionales. En un mundo donde la guerra submarina es un componente clave de la seguridad marítima, la capacidad de rastrear y predecir los movimientos de submarinos enemigos es un recurso de altísimo valor estratégico.
EXPANSIÓN DE UNA FLOTA NECESARIA
Hasta la fecha, la JMSDF opera tres buques de la clase Hibiki: «Hibiki» (1991), «Harima» (1992) y «Aki» (2021). El «Bingo» es el cuarto de la serie y surge en un contexto de creciente actividad naval de China y Rusia en el mar de China Oriental y el Pacífico Occidental. Ante estos desafíos, Japón ha decidido reforzar su capacidad de detección submarina, aumentando el número de estos buques especializados.
Con la incorporación del «Bingo», la JMSDF implementará un sistema de rotación con cinco equipos de tripulación para operar cuatro buques, lo que permitirá maximizar la operatividad y reducir los períodos de inactividad.
CHINA Y RUSIA, LOS MÁS PREOCUPADOS
Mientras que Estados Unidos, el principal aliado de Japón, ha desarrollado una flota de cinco buques de reconocimiento acústico similares a los de la JMSDF, estos están divididos entre el Pacífico y el Atlántico. En contraste, los buques de la clase Hibiki se concentran exclusivamente en las aguas alrededor de Japón, lo que les permite operar con una mayor frecuencia y precisión.
Fuentes militares indican que China y Rusia ven estos buques como una seria amenaza, ya que su presencia dificulta las operaciones encubiertas de submarinos en la región. Aunque no son naves de combate, su capacidad para detectar y rastrear submarinos estratégicos los convierte en uno de los activos más valiosos de la JMSDF. (RI/AG/IP/)
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