El pasado 28 de diciembre, una tranquila mañana en el barrio residencial de Kokubunji, en Tokio, se vio interrumpida por el sonido de sirenas de la policía. Una mujer de 62 años, identificada como Yumi Nakayama, ha sido detenida tras asesinar a su esposo, Yuji, de 65 años, durante una discusión en su hogar.
A las 7:55 de la mañana, Nakayama llamó al número de emergencias 110 y confesó haber apuñalado a su marido con un cuchillo de frutas. Los paramédicos encontraron a Yuji en estado de paro cardíaco, siendo declarado muerto a su llegada al hospital debido a la pérdida masiva de sangre. Yumi, por su parte, fue hallada en el apartamento cubriéndose de sangre, visiblemente perturbada.
Según la versión proporcionada por la mujer durante su interrogatorio y citada por el Bunshun esta semana, la disputa se originó por el descubrimiento de una aventura extramarital de su esposo, quien había traído a la amante a su casa.
La discusión, que comenzó temprano por la mañana, escaló cuando Yuji le dirigió comentarios despectivos, lo que provocó que Yumi, en un arranque de ira, apuñalara a su esposo mientras él estaba sentado en el sofá. La mujer negó haber tenido la intención de matar a Yuji, alegando que fue un accidente: «Cuando le acerqué el cuchillo, él se levantó y terminó clavándose el cuchillo. No tenía intención de matarlo».
LA VÍCTIMA FUE UN POLICÍA DESTACADO
Vecinos del matrimonio aseguran que, a pesar de los recientes acontecimientos, nunca escucharon disputas previas entre ellos. La pareja, que se mudó al barrio hace una década, parecía tener una relación armoniosa. Eran padres de dos hijos ya mayores.
Sin embargo, detrás de esta tragedia se encuentra una realidad que no había sido conocida hasta ahora: Yuji Nakayama, más allá de ser un simple trabajador, fue un destacado oficial de policía en la Policía Metropolitana de Tokio, donde ocupó cargos importantes, incluidos puestos de protección de altos funcionarios.
Nakayama se retiró en 2019 después de una exitosa carrera en la que se destacó como oficial de seguridad de dignatarios, incluido el ex primer ministro japonés, Morihiro Hosokawa. En su tiempo como guardaespaldas de personalidades VIP, Nakayama fue reconocido por su integridad y dedicación, incluso siendo premiado en 1997 por salvar la vida de un niño en una piscina.
También se desempeñó como comandante del Cuartel General del Comando de Comunicaciones de la policía y como jefe en varias comisarías de la capital. A pesar de su reputación como un hombre recto y profesional, un desafortunado incidente por una infidelidad ha terminado de la peor manera posible. (RI/AG/IP/)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
