Tomiko Itooka, reconocida por el Guinness World Records como la persona más longeva del mundo, falleció el pasado 29 de diciembre a los 116 años en un hogar de cuidados especiales en la ciudad de Ashiya, en la prefectura de Hyogo, informaron las autoridades locales. La causa de su muerte fue atribuida a causas naturales relacionadas con la vejez, según informaron fuentes locales.
Itooka, quien nació el 20 de noviembre de 1908 en Osaka, era la mayor de tres hermanos y había dedicado gran parte de su vida a disfrutar de actividades como el senderismo y las visitas a templos budistas. Su dieta, sencilla pero constante, incluía plátanos y bebidas probióticas, alimentos que continuó consumiendo incluso en sus últimos años de vida.
El funeral de Itooka se celebró en la intimidad familiar, respetando la voluntad de sus allegados. «Se fue en paz, como si estuviera durmiendo», indicó el personal del hogar donde residía.
El récord de longevidad de Itooka fue reconocido oficialmente por el Guinness en agosto de 2024, otorgándole un lugar especial en la historia como testigo de más de un siglo de cambios en Japón y el mundo. Durante su vida, vivió acontecimientos históricos que transformaron el siglo XX y parte del XXI, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la era digital.
La longevidad en Japón, uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo, es frecuentemente atribuida a factores como la dieta equilibrada, el acceso a la atención médica y los hábitos saludables de la población. Sin embargo, el caso de Itooka destaca no solo por su edad excepcional, sino también por la serenidad con la que afrontó los últimos años de su vida. (RI/International Press)
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