Una mujer de nacionalidad peruana fue detenida el pasado 25 de noviembre en la ciudad de Nagakute, en la prefectura de Aichi, acusada de amenazar y agredir a una empleada de una tienda de telefonía móvil. La detenida, de 20 años, presuntamente intentó obligar a la empleada a realizar una disculpa formal al estilo japonés (dogeza), gesto de humillación que consiste en arrodillarse y colocar la frente en el suelo.
Según la policía de Aichi, la joven visitó la tienda debido a problemas con su teléfono móvil, los cuales no pudieron resolverse de inmediato. En respuesta, se dirigió agresivamente a una trabajadora de 26 años, diciéndole frases como: “Me has hecho sentir mal, así que arrodíllate y discúlpate”. Además, presuntamente la sujetó del cabello en un intento de forzar la disculpa.
Durante el interrogatorio, la acusada negó parcialmente los cargos, aunque reconoció haber jalado el cabello de la empleada. La policía continúa investigando el incidente como un caso de abuso conocido como kasu-hara.
El kasu-hara en Japón, es un problema cada vez más frecuente en el sector de servicios. Consiste exigencias irracionales, abusos verbales, humillaciones, como pedir que el empleado se arrodille) e incluso agresiones físicas por parte de clientes hacia los empleados, quienes, en muchos casos, se sienten obligados a cumplir demandas extremas debido a la cultura empresarial de priorizar al cliente. (RI/AG/IP/)
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