El ejército israelí llevó a cabo ayer una serie de bombardeos sobre el sur de Beirut, la capital de Líbano, donde informó haber eliminado a tres altos cargos de la organización chií Hezbolá. Entre los fallecidos se encontraba el comandante responsable de las unidades de misiles y cohetes de la milicia.
Estos ataques forman parte de una ofensiva continua contra el grupo, y no muestran signos de detenerse. La situación en Líbano sigue siendo caótica, con numerosos ciudadanos huyendo hacia el norte del país y a la vecina Siria.
Según fuentes del Ministerio de Salud de Líbano, el ataque en Beirut dejó al menos seis muertos y 15 heridos. Además de los bombardeos en la capital, las fuerzas israelíes también atacaron zonas del este del país, como la llanura de la Becá, y el sur de Líbano, donde se destruyeron varios depósitos de armas de Hezbolá. Paralelamente, se reportaron explosiones en la ciudad portuaria de Tartus, en el oeste de Siria, presuntamente provocadas por bombardeos israelíes.
En respuesta a estas incursiones, Hezbolá lanzó el 24 de septiembre unos 300 misiles y drones contra Israel. El fuego alcanzó varias zonas del norte, incluida la ciudad de Haifa, donde se desataron incendios.
EL ATAQUE PREVIO DE ISRAEL
En un ataque previo, el 23 de septiembre, Israel lanzó más de 2.000 bombas sobre unas 1.500 ubicaciones en Líbano, elevando el número total de fallecidos a 569 personas, incluidos civiles. Entre las víctimas se encuentran dos empleados de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, declaró que las operaciones militares contra Hezbolá se llevarían a cabo «lo más rápidamente posible», aunque advirtió que la organización aún cuenta con una «amplia capacidad» operativa.
El conflicto también ha afectado el tráfico aéreo. En el aeropuerto internacional de Beirut, varias aerolíneas, incluidas Emirates y Qatar Airways, suspendieron sus vuelos, mientras que algunas conexiones aéreas en Israel también fueron canceladas.
HEZBOLÁ PIDE A IRÁN QUE ATAQUE
A medida que la violencia se intensifica, crecen las preocupaciones de que Irán, aliado de Hezbolá, pueda intervenir. Según el medio estadounidense Axios, Hezbolá habría solicitado a Irán realizar ataques contra Israel. Sin embargo, fuentes cercanas al presidente iraní, Amir Pezeshkian, indicaron que, debido a su participación en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Irán adoptó una postura de moderación, afirmando que «el momento no es el adecuado».
En una entrevista con CNN, Pezeshkian advirtió sobre el peligro de extender el conflicto a toda la región y evitar que Líbano se convierta en una «segunda Gaza». Subrayó que una escalada de la violencia podría poner en riesgo la estabilidad y la seguridad a nivel global.
Hezbolá, que mantiene vínculos con el grupo palestino Hamás, ha sostenido enfrentamientos intermitentes con Israel desde octubre del año pasado. En este contexto, a mediados de este mes, equipos de comunicación propiedad de Hezbolá sufrieron explosiones que Israel atribuyó a una operación encubierta, causando más de 3.000 bajas entre los combatientes de la milicia chií. (RI/AG/IP/)
