Cambios climáticos y salud: comprendiendo la «meteoropatía»

El impacto del clima en la salud ha despertado un creciente interés tanto en la comunidad médica como en el público general. Recientemente, se ha discutido sobre cómo el mal tiempo puede agravar ciertos síntomas de salud, especialmente dolores de cabeza y molestias en las articulaciones.

El malestar asociado al clima, conocido como «meteoropatía» o «enfermedad meteorológica», se refiere a trastornos físicos y psicológicos que se producen en función de las variaciones meteorológicas o los cambios estacionales del clima.


El doctor Werner Becker, de la Universidad de Calgary, en Canadá, comentó en un artículo de National Geographic que algunos de sus pacientes se describen como “barómetros humanos”, sugiriendo una sensibilidad extrema a los cambios meteorológicos.

Además, una encuesta realizada por Rohto Pharmaceutical y Weathernews, con aproximadamente 16.000 participantes, reveló que alrededor del 60% de los japoneses experimentan dolor meteorológico.
Entre estos, el 80% son mujeres y la mayoría reporta dolores de cabeza. Aproximadamente el 30% sufre estos síntomas al menos tres veces a la semana.

Otros malestares incluyen dolor en las articulaciones, dolor de estómago, zumbidos en los oídos, mareos, fatiga, irritabilidad, agotamiento, dificultad para concentrarse, somnolencia y necesidad excesiva de dormir.


¿QUÉ CAUSA EL DOLOR METEOROLÓGICO?

Varias hipótesis intentan explicar este trastorno. Una de ellas es de un estudio reciente en ratones, realizado por el fisiólogo Jun Sato en la Universidad de Chubu. Encontró que la meteoropatía podría estar relacionada con la actividad del núcleo vestibular superior, una parte del sistema nervioso central crucial para el equilibrio y la orientación espacial.

Además, la investigación sugiere que el hipotálamo y el complejo amigdalino podrían estar involucrados en la respuesta al clima, indicando que la sensibilidad al clima podría estar vinculada a la regulación emocional y el manejo del estrés.


En otras palabras, el estudio muestra que la sensibilidad al clima podría no ser solo una reacción física, sino también una respuesta emocional y psicológica, influenciada por áreas específicas del cerebro que regulan el equilibrio, el estrés y las emociones.

Para manejar el dolor meteorológico, es útil estar atento a los cambios climáticos y mantener un estilo de vida saludable. Mantener una dieta equilibrada, hidratarse bien, y realizar estiramientos puede ser beneficioso. Practicar técnicas de relajación y consultar a un profesional de la salud también puede proporcionar alivio. Además, mantener un ambiente cómodo en casa puede ayudar a mitigar los efectos del clima. (International Press)


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