El 8 de julio se cumplen dos años del asesinato del ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, mientras pronunciaba un discurso en un mitin de campaña en la prefectura de Nara.
Su viuda, Akie, ofreció una entrevista a Asahi Shimbun, diario al que dijo que no había aceptado hasta entonces hablar con ningún medio porque si lo hacía “lloraría”.
Akie recordó cómo fue ese 8 de julio.
Los Abe y la madre de Shinzo desayunaron juntos en la casa de la pareja en Tokio.
“Ittekimasu”, dijo Abe antes de salir.
Fue lo último que Akie escuchó de él.
Poco después de las 11:30 a. m., Akie recibió la llamada de un asistente de Abe. “Le han disparado”, le avisó.
“¿Quééééé?”, dijo Akie.
La mujer fue al hospital de Nara donde estaba su esposo. Llegó cerca de las cinco de la tarde.
“Hicimos lo mejor que pudimos”, le dijo un médico. Supo que su esposo no iba a sobrevivir.
“¡Shin-chan!”, gritó Akie, mientras tomaba su mano en la cama del hospital.
La viuda del ex primer ministro dijo que comenzó a aceptar la realidad de la muerte de su esposo un año después del asesinato.
“Ahora pienso más en él”, declaró.
Con respecto al asesino, Tetsuya Yamagami, afirmó: “Me gustaría conocerlo en algún momento y saber de él por qué lo hizo”.
“No quiero guardarle rencor a (Yamagami)”, añadió.
“El asesinato de mi esposo no debería haber ocurrido, pero no importa cuán acongojada esté o cuánto rece, su vida no volverá”, concluyó.
Se espera que el juicio a Yamagami comience en 2025. (International Press)