En abril, el legislador Hiroyuki Miyazawa, miembro de la Cámara de Representantes y el gobernante Partido Liberal Demócrata, renunció a su escaño cuando una revista informó de que era un sugar daddy.
Miyazawa, de 49 años, estaba involucrado en la práctica de papakatsu (hombres mayores que salen con mujeres jóvenes a cambio de dinero).
El político, un hombre casado, convivió con una joven durante la pandemia, a quien remuneraba por su compañía.
A raíz del escándalo desatado, una mujer de 25 años, identificada como Rika, compartió con un medio japonés su experiencia de dos años en el mundo de las salidas pagadas.
La joven puede ganar hasta 500.000 yenes (3.133 dólares) por mes gracias a sus “patrocinadores”, algunos de los cuales incluso le compran electrodomésticos, informa el sitio News On Japan.
Rika tiene alrededor de 30 “auspiciadores”, con quienes -dice ella- mantiene una relación equilibrada.
¿Qué significa esto?
Hace que sus clientes se sientan especiales y valorados, pero a la vez evita las “conexiones emocionales profundas”.
Las relaciones con ellos son ligeras y busca no depender demasiado de ninguno en particular.
La citas con sus clientes duran una o dos horas.
Por otro lado, Rika dice que tiene varios “novios”, a algunos de los cuales apoya económicamente (gastos de comida, alquiler, etc.).
Con respecto al caso de Miyazawa, la mujer no entiende por qué tuvo que dimitir. (International Press)