
En Japón muchas mujeres renuncian a sus empleos después de dar a luz y nunca vuelven a trabajar.
En términos de ingresos, están en una gran desventaja con respecto a los hogares en los cuales las madres continúan trabajando.
Los ingresos de estos superan a los primeros en 167 millones de yenes (un millón de dólares) a lo largo de la vida, según una proyección del gobierno japonés.
La cifra “ratifica la importancia económica de la participación activa de las mujeres en la vida profesional”, dijo el primer ministro Fumio Kishida en declaraciones que recoge Jiji Press.
El gobierno promoverá reformas laborales para lograr aumentos salariales estructurales y que las mujeres tengan un rol más activo, añadió.
Kishida participó en una reunión durante la cual se presentó un informe sobre las causas de las diferencias salariales entre hombres y mujeres, y cómo enfrentarlas.
Detrás de la disparidad existe un “sesgo inconsciente” no solo entre los hombres, sino también entre las propias mujeres, dice el reporte.
Por ejemplo, que las mujeres deben ocupar puestos no profesionales o no pueden cumplir con determinadas tareas. (International Press)
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