El gobierno de Japón destinó más de 18 billones de yenes (116.900 millones de dólares) en subsidios extraordinarios para amortiguar los efectos de la pandemia.
El municipio de Uwajima, en la prefectura de Ehime, gastó 1,1 millones de yenes (7.100 dólares) para abrir una instalación de teletrabajo en marzo de 2021, revela Kyodo.
En el año fiscal 2021, solo cinco personas la usaron.
En los dos años siguientes, el número de usuarios fue cero.
Su mala ubicación ahuyentaba su uso.
Las autoridades de Uwajima decidieron cerrar este año la instalación.
El municipio de Shirakawa, en la prefectura de Fukushima, gastó 160 millones de yenes (un millón de dólares) en el año fiscal 2020 en la construcción de un espacio de trabajo comunitario.
Su número de visitantes diarios son de un solo dígito.
Un funcionario del municipio de Aizubange, también en Fukushima, explica que
en las zonas rurales la gente ya no suele hacer teletrabajo, sino que va a la oficina.
Algunos municipios han tenido que cerrar estas instalaciones ante su escasa o nula utilización, pero otras le están dando otro uso, como sede de eventos para emparejar a personas solteras.
Motohiro Sato, profesor de economía en la Universidad Hitotsubashi, señala que muchos municipios se limitaron a copiar lo que hacían otros gobiernos locales, sin reparar en sus propias circunstancias y necesidades. (International Press)
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