El hallazgo de dos cuerpos carbonizados el martes en una zona montañosa en la ciudad de Nasu, prefectura de Tochigi, ha movilizado a numerosos policías para investigar un caso que aún tiene varias preguntar sin contestar.
Una persona clave para responderlas podría ser el joven que se ha entregado a la policía, dando a entender que tendría relación con el incidente, según el sitio News On Japan.
Los cuerpos tenían los rostros envuelto en cinta adhesiva y las manos atadas. Uno de los cadáveres estaba cubierto con una bolsa de vinilo.
Las víctimas fueron colocadas una encima de la otra boca arriba. Cerca del lugar se halló un contenedor que posiblemente contenía gasolina.
Unas tres horas antes de que se encontraran los cadáveres, se vio un sedán negro yendo y viniendo por la carretera, registrado por cámaras de seguridad, apunta Asahi Shimbun.
En la zona solo entra gente que reside allí y ninguno de ellos tiene un coche como el señalado.
Uno de los difuntos fue identificado. Se llamaba Ryutaro Takarajima, tenía 55 años
y era dueño de varios negocios, entre ellos 14 restaurantes, empresas de bienes raíces y de importación de artículos chinos y coreanos.
El otro era una mujer de mediana edad, aún no identificada. Llevaba unas botas.
Ambos fueron estrangulados. La mujer, además, tenía una fractura de cráneo.
La policía está interrogando al joven que se entregó y sospecha que varias personas estarían involucradas en los crímenes. (International Press)
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