El 5 de enero, Fumiaki Matsuoka, un estudiante universitario de 21 años, entró en una casa en la ciudad de Wajima, prefectura de Ishikawa, que había sufrido daños causados por el terremoto que azotó a la zona el 1 de enero.
La casa estaba vacía. Su ocupante se había mudado temporalmente a un refugio para supervivientes, revela Japan Today.
Matsuoka se metió en la cocina, cogió una caja que contenía seis mandarinas valoradas en 3.000 yenes (20 dólares) y salió de la casa.
Un vecino vio al extraño dejar la vivienda, lo detuvo y avisó a la policía, que lo arrestó.
Esta semana, el Tribunal de Distrito de Kanazawa lo condenó a 18 meses de prisión, pena suspendida durante tres años, por el robo.
Matsuoka, residente en la prefectura de Aichi, declaró a la policía que había viajado a Wajima para trabajar como voluntario en tareas de apoyo a los damnificados. (International Press)