En el festival de Somin-sai, que se realiza en la ciudad de Oshu, prefectura de Iwate, un grupo de hombres vestidos con taparrabos compiten para agarrar un saco que contiene talismanes para gozar de buena salud.
Este festival, que se desarrolla en el templo Kokuseki-ji y es uno de los tres más “extravagantes” de Japón, según Mainichi Shimbun, se celebró por última vez el fin de semana pasado.
De este manera, se pone fin a más de mil años de historia.
Se llevaba a cabo desde la tarde del séptimo día después del Año Nuevo -según el calendario lunar- hasta la mañana siguiente.
Los hombres, además de luchar por el saco, se bañaban en las aguas frías de un río para purificarse e iban de un lado a otro por los pasillos del templo.
La edición de 2024 se celebró a una escala menor y la pugna física por los talismanes se realizó por primera vez en cuatro años (por la pandemia).
El sacerdote principal del templo, Daigo Fujinami, agradeció a las personas que han apoyado el festival a lo largo de los años.
Dos son las razones por las cuales no se celebrará más: el envejecimiento de sus participantes y la falta de gente para organizarlo.
El festival no ha estado exento de controversia. En 2008, East Japan Railway no permitió que se colocaran carteles alusivos en la estación de Somin-sai debido a que mostraban a un hombre con vello en el pecho, algo que podía “incomodar” al público. (International Press)