Amona Nishioka, una estudiante de sexto grado de una escuela de primaria en Osaka, conmovida por las escenas de la TV del desastre causado por el terremoto del 1 de enero en la ciudad de Wajima, prefectura de Ishikawa, decidió escribir una carta.
La niña de 12 años, sin saber si su mensaje llegaría a destino, sintió la necesidad de escribir unas palabras de aliento a los supervivientes de la tragedia.
Cogió dos hojas y comenzó a escribir, revela Mainichi Shimbun.
“Creo que es mejor no deprimirse incluso si han perdido a alguien cercano. Probablemente te esté cuidando desde el cielo, así que creo que estaría triste. Por favor, vivan sus vidas al máximo por sus seres queridos”, escribió, entre otras cosas.
El papá de Amona, un hombre de 37 años llamado Takaaki y que trabaja en el Departamento de Bomberos de la ciudad de Sakai, fue enviado el 5 de enero a Wajima para participar en operaciones de rescate.
Sin decirle nada, la niña metió la carta entre el equipaje de su papá.
Takaaki la descubrió mientras viajaba a la zona del desastre.
Trabajó en tareas de auxilio y el día 9, el último de su programada estadía en Wajima, aún tenía la carta consigo.
¿Qué haría con ella? ¿La dejaría en la ciudad? ¿A quién?
Vio entonces a dos mujeres que conversaban de manera agradable y decidió acercarse a ellas para dejarles la carta.
El hombre les entregó el mensaje, las mujeres lo leyeron y se echaron a llorar. “Gracias”, le dijeron.
La carta está ahora clavada en la pizarra de una escuela de primaria transformada en un refugio para supervivientes.
La historia no acaba allí.
Un día después de que Takaaki dejó Wajima, Megumi Sako, una policía de alto rango de Osaka, visitó la ciudad, donde habló con damnificados por el sismo.
Durante el intercambio, los supervivientes le mostraron la carta a Sako y le contaron que procedía de Osaka.
Un grupo de personas se congregó en torno a la policía y le dijeron que el mensaje de la niña los había animado.
Sako regresó a Osaka y visitó la escuela de Amona, a quien le transmitió la gratitud de los supervivientes de Wajima por sus palabras de aliento.
Con timidez, la niña dijo: “Me alegra si les levantó el ánimo». (International Press)