Solo katsu, abreviatura de solo katsudo (actividades en solitario), es una expresión japonesa que describe las actividades normalmente grupales que una persona hace sola en Japón, como comer en un restaurante o acampar, explica el diario Nikkei.
Pero no se trata de una soledad impuesta o indeseada, de quien no tiene con quien hacer cosas, sino de una voluntaria y elegida, un fenómeno que ha ganado popularidad en Japón durante la última década.
Los negocios han olfateado esta tendencia. Los karaoke, por ejemplo, se están adaptando a ella reservando salas individuales insonorizadas para sus clientes solos.
Asimismo, hay restaurantes que ofrecen yakiniku, una comida grupal, a gente sola con parrillas de tamaño individual de solo 20 centímetros.
La sociedad japonesa prioriza la armonía colectiva. El conjunto está por encima del individuo. Sin embargo, para algunas personas el entramado social puede resultar sofocante.
Para ellas, el solo katsu es “una forma pacífica de combinar la armonía colectiva con el espacio individual, de integrar el individualismo con la cohesión social”, dice Nikkei.
El solo katsu no es la soledad del marginal; por el contrario, borra el estigma que recae sobre la soledad y es considerado como un acto de madurez, una manera de desconectarse en este mundo hiperconectado, de encontrar un espacio de reflexión y pensar libremente.
El autor del artículo de Nikkei, Jonathan Mak, un singapurense que trabaja en Tokio, cree que el solo katsu puede exportarse al mundo.
Pone como ejemplo la popularidad en el extranjero del manga y drama “Kodoku no Gurume”, que relata las aventuras gastronómicas de un salaryman de mediana edad que siempre come solo (y feliz).
La obra, según el autor, envía al público el mensaje de que comer no se trata solo de nutrirse o socializar; comer “permite a las personas encontrar la paz interior y disfrutar de la vida. La mejor manera de afrontar la soledad es saborearla”. (International Press)
