Yasunobu Shiga alcanzó la fama como miembro del grupo musical Ninja en la década de 1990. Aparecía en TV e incluso participó en el popular programa Kohaku Uta Gassen.
Sin embargo, no era feliz. Todo lo contrario.
La razón no era otra que Johnny Kitagawa, fundador de la agencia que lo representaba.
Tenía 15 años cuando superó una audición y comenzó a asistir a clases de canto y baile de la agencia.
Allí se iniciaron los abusos, relata a Asahi Shimbun.
La primera vez fue en un apartamento en Harajuku, Tokio, cuando dormía junto a otros jóvenes.
“(Kitagawa) tocó mis genitales y se los metió en la boca. Estaba aterrorizado y solo podía fingir estar dormido”, rememora.
El empresario abusó de él entre 30 y 40 veces hasta que cumplió 18 años.
Se sentía tan mal que no podía ni comer. Cuando debutó con Ninja, a los 22 años, su peso había bajado más de 10 kilos (a 42 kg).
“Sentía como si estuviera contaminado y fue realmente doloroso. También me sentía culpable”.
Visitaba a un psiquiatra por depresión e insomnio.
A los 25 años se retiró del grupo, pero el trauma lo perseguía.
Cuando veía a hombres de la edad de Kitagawa o que se parecían a él se asustaba. incluso ver Harajuku en televisión avivaba los horribles recuerdos.
El miedo lo ha acompañado durante más de 30 años.
Ahora Shiga, ejecutivo de una empresa, pertenece a una asociación de víctimas de KItagawa y ofrecerá su testimonio al grupo de trabajo de derechos humanos de la ONU que investigará los abusos del hombre.
“Quiero hacer todo lo que pueda”, dice. (International Press)
