Tetsuya Yamagami, el asesino del ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, está recluido en un centro de detención en Osaka desde febrero.
El hombre de 42 años ha recibido la visita de parientes, pero se niega a ver a su madre, que intentó visitarlo por primera vez en abril, según fuentes de Yomiuri Shimbun.
Sus posteriores intentos tampoco han tenido éxito.
La mujer le ha escrito cartas, pero su hijo no las ha respondido.
Yamagami alberga rencor hacia la Iglesia de la Unificación, la organización religiosa a la que su madre se adhirió hace más de 30 años y a la que ella donó alrededor de 100 millones de yenes (703 mil dólares) llevando a la ruina a su familia.
El hombre no pudo acceder a una educación universitaria debido a la falta de recursos de su familia, y sus hermanos y él pasaron hambre de chicos.
Pese a que sus millonarias donaciones (llegó al extremo de vender propiedades) la llevaron a la quiebra y destruyeron a su familia, la mujer, una septuagenaria, sigue creyendo en la Iglesia.
Gente del entorno a Yamagami le ha informado de que su madre mantiene su creencia religiosa.
La mujer quiere reconstruir la relación con su hijo y “explicarle completamente su fe”.
Yamagami intentó suicidarse en 2005 para que su hermano y su hermana cobraran el dinero del seguro. Su madre, que entonces trabajaba para la Iglesia en Corea del Sur, no regresó a Japón para ver cómo estaba su hijo.
El sábado se cumple un año del asesinato a Abe, a quien Yamagami disparó por sus presuntos vínculos con la Iglesia. (International Press)
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