Es un estudiante de preparatoria y les roba a sus padres desde que estaba en primaria.
Comenzó tomando dinero de las billeteras de sus papás y ha llegado a usar sus tarjetas de crédito y extraer dinero del banco para gastar en cosas como juegos.
Su madre, que le escribe a Yomiuri Shimbun en busca de consejo porque no sabe qué hacer con él, calcula que su hijo se ha apropiado de más de un millón de yenes (7.400 dólares).
Parece que no solo roba en casa. En su escuela ha desaparecido dinero y su madre no descarta que él sea el responsable.
Sus padres le dan una mesada que el chico inmediatamente gasta. Además de robar, no parece tener ninguna noción sobre cómo se maneja el dinero.
La mujer define a su hijo como un chico alegre que tiene muchos amigos. Sin embargo, hace caso omiso a las advertencias de sus progenitores.
“La falta de conflicto ético y vergüenza puede sugerir problemas mentales o de desarrollo”, afirma el escritor Tomomi Fujiwara en su mensaje de respuesta publicado en Yomiuri.
El chico necesita tomar conciencia de su cleptomanía, dice Fujiwara. Sin embargo, esta excedería el ámbito de los padres en cuanto a medidas correctivas, razón por la cual le aconseja a la mujer buscar ayuda profesional para su hijo.
Servicios de consulta de trastornos del desarrollo o consejeros psicológicos, cuyo aporte será positivo para que el chico aprenda a autocontrolarse.
En paralelo, la mujer tiene que hablar con su hijo y, entre otras cosas, interrogarlo a fondo sobre la desaparición de dinero en su escuela. “No permita que los problemas desaparezcan sin resolverse”, advierte Fujiwara. (International Press)