Durante seis meses, una funcionaria del gobierno de la prefectura de Osaka sufrirá un recorte salarial de 10 % por un acto deshonesto, informó Mainichi Shimbun.
La sanción a la mujer de 47 años fue anunciada esta semana.
En diciembre del año pasado, la funcionaria ordenó a un subordinado que diera su saliva en reemplazo de la de un niño para una prueba de antígenos de coronavirus.
El niño estaba alojado en un centro de consulta infantil de la prefectura y debía ser trasladado a un centro de bienestar privado.
Como mostraba síntomas de infección, se decidió someterlo a una prueba de descarte de coronavirus.
Como la saliva extraída fue insuficiente, la funcionaria, jefa de una unidad del departamento de bienestar de Osaka, le ordenó a un empleado que entregara su saliva.
La prueba resultó negativa y el pequeño fue trasladado al centro privado, donde no se detectaron contagios.
El asunto habría quedado enterrado allí, pero el subordinado que ofreció su saliva comentó el hecho con otro empleado de la prefectura.
La mujer admitió su falta y ofreció disculpas (“no puedo disculparme lo suficiente”).
Asimismo, dijo que se sintió presionada porque se acercaba la fecha límite para enviar la muestra y calificó como “cruel” lo que hizo, un acto de “traición” contra el niño y el centro al que fue trasladado. (International Press)