El primer ministro Fumio Kishida instruyó hoy a sus ministros para comenzar a trabajar en el desarrollo de un nuevo paquete de estímulo económico para fines de abril con el objetivo de aliviar el impacto del aumento de los precios del petróleo, las materias primas, los alimentos y para apuntalar la recuperación del país ante la pandemia.
Kishida dijo ayer ante una comisión parlamentaria que la prioridad es cumplir con el plan de gastos y utilizar los fondos de reserva del año fiscal 2022 para financiar los gastos de emergencia ante el COVID-19.
El nuevo plan de estímulo se llamará «Medidas de emergencia integrales contra los costos del petróleo y el aumento general de los precios» y constan de cuatro áreas de contención: (1) precios altos del petróleo crudo, (2) precios altos de los alimentos y los recursos, (3) apoyo a las pequeñas y medianas empresas, y (4) apoyo a los necesitados.
Al respecto, Daishiro Yamagiwa, ministro de Economía, Finanzas y Rehabilitación declaró esta mañana en rueda de prensa: «Trabajaremos con los ministerios y agencias relacionados para preparar medidas concretas mientras escuchamos las opiniones del partido».
Los altos precios del crudo continuarán siendo contenidos con los actuales subsidios a los mayoristas de petróleo, aunque el gobierno y el oficialismo considerarán descongelar la llamada «cláusula gatillo» que baja temporalmente el impuesto a la gasolina, entre otras medidas alternativas.
Yamagiwa dijo también que Japón «se ocupará de los altos precios de los alimentos y los recursos, como el trigo y los productos marinos, diversificando nuestras fuentes de adquisición». Además, se estudian nuevas acciones para frenar el impacto del aumento de los precios de los alimentos en la industria ganadera.
Dado que los salarios reales están cayendo, el gobierno también considera planes para aupar a las pequeñas y medianas empresas para aumentar los sueldos, además de un apoyo directo a las personas necesitadas.
Entre las ayudas el gobernante Partido Liberal Democrático y su aliado Komeito han planteado distribuir un pago único de 5.000 yenes (unos 40 dólares) a los jubilados para apoyarlos ante la pandemia. No obstante, la idea ha sido severamente criticada como una maniobra para atraer votantes antes de las elecciones a la Cámara Alta de julio próximo. (AG/)
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