El 5 de mayo, la policía encontró el cuerpo de Ayumu Kakimoto, un niño de 5 años, debajo del suelo de la casa en la ciudad de Honjo, prefectura de Saitama, donde vivía.
Las tres personas con las que compartía techo, entre ellas su madre Chika, de 30 años, fueron arrestadas por enterrar su cuerpo.
Los otros implicados son Hiroki Niwa, de 34 años, y su pareja Yoko Ishii, de 54.
Que el trío maltrataba al niño no era un secreto. Lo sabía la persona que posee un restaurante al que los abusivos llevaron al pequeño tres veces durante el verano pasado.
En cada una de las ocasiones, la persona fue testigo del trato cruel que le infligían al niño, tanto así que acudió al municipio para informar, declara a Mainichi Shimbun.
“Cualquiera que viera lo que estaba pasando lo habría denunciado”, dice. Era claramente abuso, enfatiza, sin dejar resquicio para la duda.
Niwa regañaba con severidad al niño, que era obligado a estar quieto, durante unas dos horas, sin comer, mientras su madre lo grababa.
La última vez que acudieron al restaurante, la persona se acercó al niño, le preguntó su nombre y a qué guardería asistía. Además, apuntó el número de matrícula del coche en el que llegó el grupo.
La persona no solo alertó al municipio sobre el abuso, también se comunicó tiempo después para averiguar cómo evolucionaba el caso, y pidió que le avisaran si había alguna novedad. Nunca la llamaron.
Entre su denuncia y el hallazgo del cuerpo pasaron alrededor de seis meses. El hecho genera dudas sobre la actuación del municipio.
Los implicados no volvieron al restaurante tras el reporte presentado en el municipio. (International Press)