Naoko Takai, una mujer de 54 años que residía en la prefectura de Osaka, fue a trabajar por última vez el 21 de julio de 2021.
Después de un periodo de varios días feriados por los Juegos Olímpicos de Tokio, Takai tenía que retornar a su trabajo en un banco el 26 de julio.
Al no presentarse, su jefe llamó a un pariente de la mujer. Takai, que vivía sola, fue encontrada muerta en la bañera de su casa, con su rostro parcialmente cubierto por el agua.
Murió por ahogamiento, según una autopsia.
Esta semana la policía de Osaka reveló que la mujer había contratado dos seguros de vida por valor de 150 millones de yenes (1,3 millones de dólares), informa Asahi Shimbun.
La policía maneja la hipótesis de que Takai fue asesinada sobre la base de un análisis realizado por un médico.
La mujer tenía una cremallera enrollada alrededor de la muñeca derecha, mientras que en la izquierda se detectaron huellas de que se la habían ajustado con otro cierre.
El asesino habría atado a la mujer con las cremalleras para inutilizar sus manos mientras la ahogaba.
No se encontraron señales de que alguien hubiera forzado la entrada a la vivienda de la mujer. Sobre una mesa había un sobre con 700 mil yenes (6.080 dólares) en efectivo.
La policía investiga al hijo adoptado de la mujer, un veinteañero que vive en Tokio, como posible sospechoso.
El joven era el beneficiario de los seguros.
El hombre trabajaba para una compañía de seguros y fue adoptado por la mujer el año pasado.
Takai no padecía ninguna enfermedad grave y no se encontraron rastros de alcohol o drogas en su cuerpo. Además, no existen informes de que tuviera problemas en el trabajo u otros ámbitos. (International Press)