En junio de 2020, Saki Kakehashi, una residente en Tokio, dejó sola a su hija Noa, de tres años, en el apartamento donde ambas vivían.
Cuando regresó, una semana después, la mujer halló inconsciente a Noa y llamó a los servicios de emergencia. Por desgracia, la niña murió en el hospital por deshidratación y hambre. Su estómago estaba casi vacío.
El jueves, el Tribunal de Distrito de Tokio condenó a la mujer a ocho años de prisión por negligencia causante de muerte, informa Japan Today.
La mujer de 26 años dejó a su hija para viajar a la prefectura de Kagoshima, donde se reunió con su entonces novio.
Kakehashi dejó té y dulces para que su hija se alimentara mientras estaba ausente. Además, puso un sofá para bloquear la entrada a la cocina y evitar que la niña se hiciera daño con cuchillos u otros utensilios, de acuerdo con su testimonio.
En el hospital encontraron un sarpullido en el trasero de la niña, su pañal no había sido cambiado durante mucho tiempo. En un intento por ocultar su negligencia, antes de llamar a los servicios de emergencia la mujer aplicó un ungüento en el sarpullido y le puso un pañal nuevo a la niña.
La mujer, que se declaró culpable, dijo durante el juicio que pensaba que su hija estaría bien.
No era inusual que la mujer dejara sola a la niña, todo lo contrario. Lo hacía con frecuencia para ir a bares y salas de pachinko con amigos.
La niña llevaba más de un año sin asistir a una guardería.
Kakehashi estaba divorciada del padre de Noa. (International Press)
