Las autoridades de Sudáfrica confirmaron hasta anoche 11.500 nuevas infecciones por coronavirus, una cantidad que es cinco veces más que hace una semana, cuando se anunció en ese país el descubrimiento de la nueva variante Omicron.
No obstante, la proporción de personas gravemente enfermas es menor que con las variantes anteriores quizá porque la inmunidad creada por las vacunas puede estar teniendo cierto efecto.
De junio a agosto, la variante Delta se convirtió en la principal causa de infecciones en Sudáfrica y se vivió una “tercera ola” con más de 10.000 nuevos casos por día. En noviembre disminuyeron a unos 200 y 300 diarios, pero desde fines de mes aumentó drásticamente. En la semana del 25 noviembre al 2 de diciembre los contagios crecieron en 4,7 veces. En las últimas 24 se registraron 44 muertos.
Según el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Sudáfrica, el Omicron representó el 74% de las infecciones de COVID en noviembre. En octubre se descubrió que el 92% de casos del tipo Delta había sido reemplazado por la nueva variante.
Un experto del instituto dijo que la infectividad del Omicron puede ser “igual o ligeramente menor que el Delta” y que su rápida propagación puede deberse a que podría estar evitando la vacuna y la inmunidad creada por infecciones pasadas.
También dijo que con la información preliminar obtenida, el riesgo de reinfección con el Omicron en personas que antes han tenido CODIV-19 es tres veces más que con los tipos Beta y Delta.
No obstante, el 90% de los pacientes hospitalizados por la variante Omicron en el municipio sudafricano de Tshwane no estaban vacunados, mientras que en todo el país 112 pacientes estaban con ventilación mecánica, lo que representa el 0,3% de todos los infectados. (RI/PJ/AG/)
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