A fines de diciembre de 2019, Carlos Ghosn, el expresidente de Nissan, abandonó la residencia en Tokio que ocupaba, fue a un hotel, viajó a la prefectura de Osaka y salió de Japón a través del Aeropuerto Internacional de Kansai en un avión privado.
Ghosn, que hoy vive en Líbano, contó con el apoyo de dos estadounidenses, el exsoldado Michael Taylor y su hijo Peter, para huir de las autoridades japonesas.
Los Taylor fueron arrestados el año pasado en Estados Unidos y extraditados a Japón en marzo de 2021.
El lunes, ambos se declararon culpables de participar en la fuga de Ghosn en el Tribunal de Distrito de Tokio, informó Kyodo.
Los Taylor ayudaron al expresidente de Nissan a dejar su residencia en Tokio y en su traslado hasta Osaka. También lo escondieron en una caja para burlar los controles de seguridad en el aeropuerto y salir del país asiático sin ser visto.
Unos dos meses antes de su fuga, Ghosn transfirió alrededor de 860.000 dólares a la cuenta de una empresa de Taylor hijo para financiar la fuga.
Ghosn posee la nacionalidad libanesa. Japón no tiene un tratado de extradición con Líbano.
El expresidente de Nissan fue arrestado en Tokio en 2018, acusado de no haber declarado el monto total de sus remuneraciones durante varios años, así como de haber usado irregularmente fondos de la compañía japonesa. Meses después fue liberado bajo fianza.
Ghosn se declara inocente y víctima de una conspiración interna en Nissan para apartarlo del poder. (International Press)
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