Hace un mes, el gobierno de Japón lanzó la campaña Go To Travel con el fin de promover el turismo interno, duramente golpeado por la pandemia de coronavirus.
La iniciativa fue criticada por quienes consideraban que podría propagar el virus en medio de un repunte de casos en el país asiático. A último momento, Tokio fue excluido del programa ante el elevado número de infecciones reportadas.
La campaña no ha logrado su objetivo de incentivar los viajes, revela Jiji Press. Las cifras así lo indican.
Las reservas de viajes entre julio y septiembre representan del 20 al 30 % de los niveles del año anterior, según una agencia de viajes japonesa.
Durante el período vacacional de Obon, a mediados de agosto, el tránsito de pasajeros en vuelos nacionales cayó un 65 % con respecto al año pasado.
El número de usuarios de los servicios de tren del grupo Japan Railways disminuyó un 76 %.
En el resort de aguas termales Tsukioka Onsen, en la prefectura de Niigata, el número promedio de clientes por día en agosto ha representado aproximadamente el 60 % de los niveles de 2019.
El futuro a corto plazo también parece sombrío para la industria turística. Las reservas de viajes para el fin de semana de cuatro días, del 19 al 22 de septiembre, son bajas hasta el momento, según una agencia de viajes.
Por otro lado, en julio solo ingresaron a Japón alrededor de 3.800 personas procedentes del extranjero, un 99,9 % menos que en el mismo periodo del año pasado. (International Press)
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