La presión china fue intensa, pero Chile eligió una ruta propuesta por Japón para el primer cable de fibra óptica que conecta directamente América del Sur y la región Asia-Pacífico, designando a Australia y Nueva Zelanda como los puntos finales de la conexión, reveló el Nikkei.
La ruta de Japón se impone así al ofrecimiento que hizo China y que había convertido a Shanghai como punto final. Esta decisión se produce en medio de una campaña de presión de Estados Unidos para mantener a China fuera de los proyectos mundiales de telecomunicaciones.
Según la propuesta japonesa, el cable submarino de fibra óptica se extenderá unos 13.000 km a través del Océano Pacífico, pasará por Nueva Zelanda y tendrá su terminal en Sydney, Australia.
Para Chile, ésta es la ruta más recomendable en función del costo y viabilidad, informó el Nikkei.
Japón y Australia acaban de completar su propia conexión de cable submarino que une ambos países y permite a Japón a conectarse fácilmente al cable transpacífico.
Chile recibió fuerte presión de China, su mayor socio comercial, para que eligiera la ruta del cable hasta Shanghai. Cuando el presidente chileno, Sebastián Piñera, visitó Pekín en abril de 2019, Huawei se comprometió a invertir en centros de datos para Chile.
Fue cuando comenzó la ofensiva estadounidense contra China. Mike Pompeo, Secretario de Estado de EEUU, llegó a Chile antes de la partida de Piñera a Pekín y acusó a Huawei de ser controlada por el gobierno chino, lo que pondría a los chilenos en riesgo.
Los cables submarinos transportan el 95% de las comunicaciones internacionales, incluidos los datos de Internet. Con la llegada del 5G la ampliación de su capacidad de transmisión se han convertido en la prioridad y en un elemento de negociación geopolítica y comercial. (Resumen International Press)
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