En 2007, un hombre de 38 años que trabajaba en el municipio de la ciudad de Niigata se suicidó como consecuencia del hostigamiento sistemático que sufría por parte de su jefe.
El funcionario dejó viuda y una niña de un año. Hoy, la hija tiene 14 años y exige públicamente que el municipio ofrezca disculpas por «quitarle la vida a mi padre», revela Mainichi Shimbun.
Pese a que el suicidio del hombre fue reconocido como muerte laboral, el municipio de Niigata niega los abusos contra el suicida. La viuda sostiene que el acoso contra su fallecido esposo comenzó después de que él se tomó unas vacaciones pagadas para salir de paseo con su familia.
La viuda y el municipio de Niigata están enzarzados en una batalla legal en el Tribunal de Distrito de Niigata.
«Si no te disculpas, significa que no lo sientes Si no lo sientes, significa que no crees que hayas hecho nada malo», dijo la hija en una reunión organizada por un grupo de apoyo a su madre.
«No quiero que nadie más sienta tanta pena y dolor», enfatizó.
La adolescente decidió pronunciarse públicamente por primera vez para ayudar a su madre en la larga lucha.
La chica se enteró de las circunstancias de la muerte de su papá (su suicidio por acoso laboral) cuando estudiaba en primaria por boca de su mamá.
«Hasta donde recuerdo, nunca tuve un padre”, dijo. “Quería jugar con mi padre y que viniera a las actividades de la escuela. Quería ser sostenida por sus brazos suaves y cálidos». (International Press)
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