El sábado, a la 1:50 a. m., Kazuo Ogawa, un hombre de 67 años, llamó a la policía de Tokio para informar de que un extraño -un sujeto rollizo, con gorra blanca y mascarilla- había irrumpido en casa. Estaba en el piso de abajo.
Cuando la policía llegó a la vivienda, poco después de las 2 a. m., halló el cuerpo de Ogawa en el comedor. El extraño no estaba.
Ogawa murió por un golpe recibido en la cabeza con un objeto contundente, según Japan Today.
Una cámara de seguridad registró un coche blanco estacionado a unos 150 metros de la casa de Ogawa. Siete minutos después de que este llamó a la policía, el vehículo fue grabado alejándose.
La cámara captó a un hombre (posiblemente el asesino), con un teléfono móvil en mano, entrando al coche.
En el barrio, según testigos, se sabía que Ogawa guardaba una gran cantidad de dinero en su casa.
«Una vez (Ogawa) me mostró un maletín en el que tenía 100 millones de yenes (914 mil dólares). Todos sabían de su dinero», declaró un vecino. (International Press)
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