En el verano pasado, entre julio y agosto, hubo al menos siete casos de niños de entre 4 y 8 años que montaban flotadores en playas en las prefecturas de Fukui y Kioto que quedaron a la deriva.
En uno de los casos, una niña de 4 años se puso de pie, perdió el equilibrio y cayó al mar. La niña fue llevada a un hospital. Por suerte sobrevivió.
En plena temporada estival, las autoridades de Japón están pidiendo a los padres que estén atentos si sus hijos suben a los flotadores inflables en forma de cisne en las playas, pues pueden ser fácilmente arrastrados por el viento, informó Mainichi Shimbun
La Agencia de Asuntos del Consumidor recomienda a los padres que se cercioren de que sus niños llevan puesto un chaleco salvavidas y que jamás los pierdan de vista.
Además, pide que se abstengan de usarlos si el viento sopla con fuerza.
Cuando los flotadores, hechos de vinilo, son demasiado grandes para que las piernas de los niños alcancen el agua, es difícil que estos puedan maniobrarlos.
Ahora bien, los flotadores en forma de cisne no son los únicos, pero sí los que más riesgos entrañan.
Las autoridades niponas realizaron en mayo una serie de pruebas con tres tipos de flotadores: en forma de cisne, delfín y tabla de surf.
En una piscina, los cisnes alcanzaron velocidades de más del doble que los delfines o tablas de surf debido a que su altura facilitaba que el viento los empujara.
En una playa, el cisne se desplazó a unos 50 metros de distancia en dos minutos arrastrado por vientos a velocidades de solo 2-4 metros por segundo. (International Press)
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