Hanako Kuribayashi, una niña de 11 años, fue una de las dos víctimas mortales del apuñalamiento masivo en Kawasaki el martes.
A través de un comunicado público, los padres de Hanako expresaron su dolor por la pérdida de su hija. «Repentinamente, hemos perdido a la persona más preciada en nuestras vidas, nuestra hija, a quien más amamos. Estamos abrumados por la profunda tristeza de haber perdido a alguien de tanta importancia para nosotros”.
Los padres agradecieron las muestras de solidaridad recibidas. Una gran cantidad de personas ha dejado flores y orado en la parada de autobús donde se produjo la tragedia, revela Mainichi Shimbun.
«Apreciamos sinceramente que muchas personas estén mostrando consideración por nuestra hija fallecida y nuestro dolor».
«Nuestra hija fue amada por mucha gente y pasó un tiempo precioso (en la Tierra)», concluyeron.
La otra víctima mortal, Satoshi Oyama, un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón especialista en Myanmar, fue recordada por Kiyoshi Ochiai, director de una organización sin fines de lucro que apoya a ciudadanos de ese país en Japón.
«Sentí que (Oyama) realmente amaba a Myanmar. Era humilde y amable», declaró.
Ochiai se encontró con Oyama y su familia en un restaurante birmano y recordó al funcionario cantando alegremente una canción birmana en el karaoke. «Compartíamos el mismo objetivo de profundizar la relación entre ambos países (Japón y Myanmar)». (International Press)
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